viernes, 21 de agosto de 2009

Para los que querían ser políticos

La situación crítica del país desnuda a los candidatos electos en la pasada jornada del 5 de julio y que están ahora en el proceso de tomar posesión de sus nuevos puestos. En su mayoría, los políticos se quejan amargamente de que los municipios que van a dirigir o los puestos que van a tomar no tienen recursos disponibles ni presupuesto suficiente y, en su gran mayoría, se dice que están quebrados.

Esta situación me hace pensar varias cosas: primero, el cómo ganaron su campaña, ¿con mentiras? Porque supuestamente las propuestas con las que ganaron estaban basadas en información fidedigna de los organismos o de las entidades por cuyo favor competían. Presumieron en la campaña de conocer la situación real y hasta plantearon soluciones a problemas reales. Bajo ésta óptica, ¿Qué fue lo que cambió? ¿Qué, a lo mejor, el puesto por el cual lucharon, ya no representa el negocio que esperaban? o ¿Ya no es tan bonito ser político sin dinero? o ¿Qué?

Supuestamente, al querer ser políticos, debieran primero saber cuál es la situación del entorno, por si no lo saben aquí se los decimos, hay una crisis mundial cuya influencia era menester tomar en cuenta. Debieron haber estudiado cada municipio o posición, y basar sus estrategias en conocimientos del pacto federal y en información general del país, el cual viene anunciando, desde finales del año pasado hasta ayer, que pasamos desde un catarrito hasta una catástrofe financiera y, por si no lo sabían, también se los decimos, todo esto pasó mientras duró la campaña. Curioso, ahora se dan cuenta y reclaman.

Supuestamente, parte de la responsabilidad de gobernar y de ser político es la búsqueda de soluciones a los problemas de la comunidad y, por lo que se sabe y se puede leer a diario en la prensa nacional, por si continúan sin saberlo nuestros políticos, hoy el principal problema de la comunidad en este país es la falta de ingresos en el gobierno, no hay dinero y se acaban de congelar los presupuestos de inversión. Qué significa esto, señores políticos, que no tienen dinero que administrar y gastar a manos llenas y que tienen que buscar la manera de gobernar y operar los servicios municipales de manera eficiente.

Esto viene a colación porque el día de ayer un Diputado tuvo la honestidad de entregar recursos que había ahorrado de sus viajes aéreos durante el desempeño de su función. Por una parte destapó una gran cloaca de falta de transparencia y gasto irracional por parte de la Cámara y, por la otra, mostró a los demás diputados como insensibles por quedarse con el dinero. Hasta comentarios de sus compañeros se publicaron refiriéndose a que no debió regresar el dinero, ya que nuestros políticos entienden que es parte de su dieta.

Ante la situación de la economía y la grave acumulación de desconfianza pública por parte de los ciudadanos en los funcionarios públicos (de cualquiera de los tres poderes), empieza el nuevo periodo de alcaldes, diputados, gobernadores, delegados y otros puestos del ejecutivo. Debemos ahora los electores empezar nuestra labor ciudadana de vigilancia de compromisos, actuación y gobernabilidad. Si el candidato por el que usted votó ganó, pues debe de conocer su propuesta y con esto seguirla, apoyarlo y, en su momento, pedir resultados. Si no es su candidato, pues habrá que estar pendiente de su plan de trabajo y de estar denunciando constantemente lo que no está funcionando y si no se ven resultados.

Ya es la hora de que todos hagamos que los políticos sientan la presión de la ciudadanía, de que estamos pendientes de su actuación. Necesitamos que sean transparentes en su gestión pero, sobre todo, que no seamos comparsa de su partido político.

Al mismo tiempo, es necesario que aparezcan nuevamente todos aquellos aguerridos promotores de voto blanco, de nulificar votos y de todas esas nuevas chuladas de la democracia para que demuestren que no sólo fueron comparsa de campaña de algún partido y que demuestren también que su objetivo final es hacer que los políticos rindan cuentas y actúen correctamente, porque fue muy fácil llamar a la cancelación del voto, pero ¿en dónde está el deber ciudadano de pedir cuentas? ¿A ese movimiento no se van a sumar porque al cancelar su voto también cancelaron su participación ciudadana?

Ya pasó el periodo post electoral, ahora empieza el verdadero camino de la democracia. No caigamos en el olvido de nuestras atribuciones ciudadanas y nos quedemos con los brazos cruzados como siempre se ha hecho después de la elección. Seamos ciudadanos de tiempo completo y ejerzamos nuestros derechos como tales. Participemos en demandar al gobierno los servicios que debe otorgarnos y que, campaña tras campaña, nos han sido prometidos. Al fin, para eso querían ser políticos los políticos, ¿no?

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