viernes, 30 de octubre de 2009

El trabajo invisible

Hace poco se publicó un libro que pretende, de alguna manera, desacreditar el trabajo que hacen las relaciones públicas. El autor es un orador y consultor en mercadotecnia que trata de establecer un símil con la obra que escribiera Al Rise y su Hija, hace siete años. Lo que más me preocupa, es que "genios" que no conocen la profesión hagan declaraciones que dañen la reputación de ésta importante disciplina de la comunicación y los negocios.

Considero importante mencionar que es inútil tratar de comparar las relaciones públicas con la publicidad, ya que ambas son disciplinas de la comunicación, las dos ayudan a las empresas a lograr sus objetivos, pero de diferentes formas. Además de que cada una es complementaria de la otra, de ahí viene el concepto de comunicación integral.

Las RP se mueven más dentro del terreno de la estrategia y la consultoría para el manejo de la reputación y la credibilidad; nacen de la estrategia de negocios, del consejo directivo o de la dirección general, para comunicarséla a los diferentes públicos internos y externos. La publicidad tiene muy claro su objetivo de venta de productos y servicios, y nace de la estrategia de negocios y de la mercadotecnia de la compañía. En casos determinados, ambas disciplinas, ayudan a la otra a expandir y ampliar sus alcances, pero de manera colaborativa.

Muchos mercadólogos presionados por el logro de los objetivos y el aumento de los costos publicitarios, han querido sustiuir una disciplina con la otra, teniendo grandes decepciones y dejando de creer en las RP. Por otra parte, en otros casos, solamente se ha querido utilizar una de las tantas acciones que las RP realizan (la relación con los medios) para que bajo el mal entendido concepto de "conseguir notas gratis", les ayude a vender sus productos. Esta última acción ha causado muchos descalabros, ya que los medios de comunicación masivos, se pusieron a la defensiva y los ejecutivos de marketing, desesperados, invirtieron en pautas editoriales, ocasionando un desbalance en la relación editorial de las empresas, los medios y las agencias.

Las relaciones públicas son una disciplina estratégica, en donde muchas veces las estrategias que se definen son para evitar riesgos. Bajo este concepto, es muy difícil que la gente pueda entender que cuando uno trabaja para evitar riesgos, "técnicamente significa" que no le pase nada malo a una empresa, en un ambiente desfavorable. Desafortunadamente, cuando se tiene éxito lo único que se reporta es: "como se planeó, no paso nada y se evitó el riesgo", el problema con esto es que las RP en muchas ocasiones no reporta ni grandes ventas, ni se ganan concursos creativos, por lo que el trabajo del consultor estratégico, como la reputación, son invisibles, no hay premios, ni publicidad, ni nada qué presumir a los ojos del supuesto éxito.

jueves, 29 de octubre de 2009

Sin escuela política

Hoy, los mexicanos nos sentimos huérfanos políticos y no sé si siempre nos hemos sentido así o, por lo menos, es un sentimiento muy recurrente en este país; esto es gracias a la insensibilidad de nuestros políticos. Ahora que se discute el famoso paquete fiscal, los hemos oído decir una cantidad inaudita de cosas sin sentido que lastiman y ofenden la inteligencia de tirios y troyanos, mexicanos todos ellos.

Estudios sobre ciudadanos y política refieren que los ciudadanos regularmente no quieren saber sobre política y solamente se preocupan cuando hay elecciones. Considero que en México esa regla se rompe; con tanta crisis y tanto escándalo, no es que nos interese en realidad, pero es innegable que tenemos que oír las barrabasadas que discuten y sus argumentos para defender lo indefendible. Lo único que demuestran con sus dichos, además de su insensibilidad a los problemas y a la pobreza, es que su única preocupación es por el poder y el cuidado de sus privilegios y no por resolver los problemas reales del país.

Como resultado de esto, pedimos a gritos cambiar a nuestros políticos y, si efectivamente tenemos razón, es urgente cambiarlos. Sin embargo, esto nos lleva otro pequeño problema, ¿De dónde sacamos a los nuevos? ¿Qué tipo de nuevos políticos necesitamos?, ¿De dónde sacamos el molde? Lo que nos lleva a darnos cuenta que no tenemos escuela que seguir, el único molde o ejemplo más conocido para nosotros, los mexicanos, es aquel que por 70 años ha estado en el poder: el PRI y este modelo es parte de lo que nos está acabando.

A pesar de la alternancia, los políticos nuevos no han podido definir una forma de hacer política y, desafortunadamente, todos son una mala copia de los viejos priistas, unos más avorazados, otros más corruptos, otros más cínicos, etcétera, pocos se salvan. Tristemente, una muestra de esta terrible situación, es que hoy vemos a viejos priistas que militan en otros partidos quejándose de lo que a ellos el sistema y el poder de otra época les obligo a hacer.

Otra muestra es el hecho de que los nuevos legisladores llegan a elaborar un paquete fiscal sin conocer la problemática exacta o los números a los que se refería el Secretario de Hacienda, y votan por las propuestas sin haberlas visto.

Y para muestra un botón, hace algunos días, revisando la integración de una de las tantas comisiones de la Cámara de Diputados, me di cuenta que cuatro de treinta integrantes en total, tenían experiencia o sabían del tema; y por si fuera poco, solamente uno, en lo que va del periodo, había colocado una iniciativa o punto de acuerdo que tuviera que ver con los asuntos de dicha comisión. Las demás iniciativas elaboradas eran insuficientes, no tenían nada que ver y eran totalmente intrascendentes. Ésos son nuestros legisladores, pero ¿de quién es la culpa, del indio que lo hizo compadre o de los que los refrendamos como única opción?

Y entonces el dilema es, ¿Seguimos algún ejemplo o modelo de políticos? La mala noticia es que no tenemos ninguno bueno. ¿Cambiamos el sistema político? Si no se ponen de acuerdo en el presupuesto, menos se van a poner de acuerdo en eso y, si se pusieran de acuerdo, ¿qué modelo, de dónde lo copiamos? O, ¿inventamos uno propio, a la mexicana? No hay muchas opciones.

Esto nos lleva a darnos cuenta que entonces nuestra cultura, en el fondo, es lo que está fallando. Hemos tenido hombres excepcionales, pero en su mayoría han sido ahogados por el sistema político y cultural de México. Lo que entonces nos haría pensar que debemos de cambiar todos nosotros.

Hoy vemos que nadie en México quiere perder sus privilegios, que somos una cultura que queremos que se hagan cambios, pero siempre empezando en la casa de mi compadre, mientras que a mí no me toquen.

¿Qué hacer entonces? Si no tenemos una escuela política que seguir, ¿quién debe de cambiar primero? ¿Los políticos o los ciudadanos? Eso es un gran dilema. Sonaría lógico que los menos, los políticos, iniciaran la transformación, pero nuestro sistema no se los permite; ejemplo, nadie secundó el hecho de reducir las prerrogativas de los partidos. Entonces, los más, ¿los ciudadanos somos los que debemos cambiar? Suena ilógico, pero en el mundo al revés que estamos viviendo en México, quizá es más fácil empezar por ahí, para que poco a poco vayamos presionando a los políticos a cambiar.

Ante el hecho de que los pocos no se ponen de acuerdo, pudiera ser factible que los más sí lo hagamos, como hoy lo abogamos contra la elevación los impuestos originada sólo por el simple hecho de que los menos así lo decidieron.

lunes, 26 de octubre de 2009

La velocidad de cambio

El mundo de la comunicación sigue cambiando a gran velocidad: esta semana se vuelve a dar la noticia de que varios periódicos tomaron la decisión de cerrar sus versiones impresas por razones de rentabilidad. Aquel mundo digital que se planteaba hace dos años ya nos alcanzó, hoy es una realidad.
El mundo de la comunicación sigue su curso de cambio; cuando a principios del año Twitter empezaba como una novedad, hoy ya es algo muy común y exitoso con más de 100,000 seguidores y aumentando su plataforma de servicios cada día.
Ayer escuchaba un programa de radio que ofrece a su audiencia todo tipo de opciones de contacto, teléfono, mail, Facebook, Twitter y mensajes de texto; hace cinco años los programas de radio con trabajo tenían teléfono en la cabina.
Todos estos cambios implican un gran reto para los comunicadores y para las empresas, la velocidad de creación de noticias y la interactividad con los diferentes públicos hoy crece de manera desmedida. Cuando se está pensando en mandar un boletín de prensa a medios impresos, puede ser posible que una contra noticia ya esté en Facebook o en cualquier otro medio y, por lo tanto, los departamentos de comunicación empiezan a reaccionar, la información ya pudo haber ido y regresado transformando todo el contexto y el ambiente.
Es necesario aprender a estar digitalmente en línea y medir los tiempos de cada uno de los medios. Las ventanas de oportunidad informativa hoy se están abriendo y cerrando con mayor velocidad conformando un reto para los comunicadores de hoy: las oportunidades para difundir son más breves y repetitivas mientras los grandes corporativos no son tan rápidos en reaccionar.
Continuaremos viendo cambios en la interactividad de la información y los comunicadores debemos seguir aprendiendo a usar todas estas herramientas basados en el aspecto fundamental de que estos cambios no son en las herramientas solamente, en el fondo lo que está cambiando es la forma de comunicación del humano, está cambiando el consumidor, está cambiando el ciudadano y eso no solamente impacta la herramienta, modifica el lenguaje y las formas de la comunicación humana. Como profesionales de esta disciplina debemos aprender a aprender esta nueva comunicación y cómo se mueven los nuevos canales.

jueves, 22 de octubre de 2009

Marchas, twitter y el barómetro empresarial.

A una semana de la manifestación de los electricistas y tras analizar sus escasos resultados, me da la impresión de que las marchas, manifestaciones y las muestras del músculo social empiezan a perderse ante la globalización y tecnologización de nuestros procesos sociales. Además de convertirse en un problema más de tráfico en la ciudad más grande del mundo.

A la marcha asistieron los mismos de siempre, grupos extremos que igual se movilizan por una cosa que por otra, lo que les ha ido quitando validez por el simple hecho de ir a todas; rancios políticos de izquierda de los sesenta, a los cuales la revolución y los cambios democráticos del país los han llevado a ser diputados y senadores y, por esta simple razón, ya no estaría justificado estar en la calle. ¿O qué? ¿No se han enterado que para eso llegaron a las cámaras, después de un largo camino desde el 68? Antes, como el gobierno cerraba todos los espacios, reprimiéndolos y suprimiendo su libertad de expresión, efectivamente el único camino era la calle.

Algunos de los participantes de la marcha, como AMLO, experto en este tipo de acciones, minimizaron las marchas cuando fueron gobernantes, como el caso de la movilización en contra la inseguridad, para después, él mismo, bloquear la avenida Reforma, abusando hasta el máximo de esta estrategia y llevando a los ciudadanos del país al inmenso hartazgo.

Por otra parte, la marcha fue seguida y reportada en Twitter, la nueva red social que permite mandar mensajes de lo que se está haciendo por minuto. Por lo tanto, las personas pudieron seguir la marcha sin necesidad de arriesgarse a estar en medio del tumulto, teniendo mucha gente del interior del país la posibilidad de convertirse en un marchista digital.

Los pleitos, dimes y diretes que hoy se están dando en esta red, empiezan a matar poco a poco la razón de ser de las marchas. A mi parecer, ya no hay razón de ser, en una ciudad de este tamaño, que los grupos políticos salgan a mostrar el supuesto músculo callejero, cuando hay libertad de decir lo que quieran en donde quieran. Por ende, es más triste la historia de estos líderes pasados de moda, cuando ellos mismos tratan de ocultar sus mentiras, ante pruebas contundentes, que corren por Internet, a la simple vista de todos.

Pereciera que hay más drama y se dicen más cosas importantes en Twitter, que lo que se dijo en el Zócalo esa tarde. Amén, que el objetivo de la marcha se perdió cuando apagaron la luz de la catedral y todos se fueron a sus casas.

Contra lo que pasaba en los sesenta, hoy tenemos blogs, mails, páginas web y la posibilidad de enterarnos de todo lo habido y por haber; ya no hay represión cultural, tampoco ideológica, ni fronteras en la información. Recordemos que el subcomandante Marcos era más famoso en Europa que aquí en México. Mientras que estos muchachos creen que saliendo a la calle o amenazando con una huelga nacional, la cual nadie seguiría, quieren tapar una verdad conocida por sus trabajadores, que en algunos casos eran cómplices, ya fuera por gusto, obligados por el sistema o porque sufrían sin remedio las políticas antiguas de los líderes sindicales.

Mientras en el país, entre las fuerzas políticas siguen debatiendo el paquete fiscal, ya salió que al no tener el gobierno un plan “B”, el PRI sí lo tiene y hace arreglos para que todo quede parecido, pero diferente, demostrando con esto su mayoría y tratando de dejar mal al gobierno y al PAN. Mientras, los partidos de izquierda, en su afán de lucha en contra del sistema y ante su mínima capacidad de maniobra, regresan a la táctica de la marcha o el bloqueo, pero aplicada al Congreso, tomando la tribuna para evitar la autorización del pleno. Estas estrategias se ven tan infantiles que dan pena.

Lo único malo de todo esto es que el ánimo de los ciudadanos y empresarios va empeorando. La firma de consultoría Deloitte presentó en su Barómetro de Empresas, Undécima Edición, los resultados de una encuesta con 335 ejecutivos de las más importantes empresas de México. Lo que podemos ver es que el ánimo y la expectativa sobre el entorno de negocios mejora en un 5 por ciento contra el mismo mes del año anterior. Desafortunadamente, cambió la expectativa sobre el futuro y, a partir de junio de este año, los empresarios vuelven a ver que la economía para el año 2010 no va a ser nada halagüeña.

Y el dato más grave que reporta este estudio es el salto incremental desfavorable sobre el obstáculo más grande para la economía en opinión de los entrevistados, que pasa del 6.6 por ciento al 38.3 por ciento en tan sólo 7 meses. ¿Cuál cree usted que es ese obstáculo? Claro, el desacuerdo político, que es lo que frena el desarrollo de cualquier país. En entrevista de radio, un ejecutivo de esta firma comparaba el estudio que se hace en México con el que se hizo en Brasil, ¿y cuáles cree usted que eran los números antes de la recuperación económica de ese país? Efectivamente, era totalmente a la inversa de lo que vemos aquí en México.

Sí siguen los grupos políticos tomando sus decisiones sin sentarse a la mesa para negociar, es muy probable que sigamos decayendo en el ánimo empresarial y, si a eso le ponemos un aumento de impuestos, quién sabe si habrá país para el 2012.

lunes, 19 de octubre de 2009

Calderón se Fortalece- Revista CAMBIO

Articulo de Victor Mayén en la REVISTA CAMBIO
Octubre 19, 2009

Calderón se fortalece
Por Víctor Mayén

A la mitad del sexenio, el presidente tomó la decisión más trascendental de su mandato sin anteponer los intereses político-electorales de su partido.

La histórica decisión de extinguir a la Compañía de Luz y Fuerza del Centro (LyFC) y desactivar simultáneamente al Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), fortalece al presidente Felipe Calderón, actualiza la agenda pendiente de la alternancia y la transición política, y acerca al país a un régimen democrático funcional.

Es justo a mitad del sexenio, cuando Felipe Calderón tomó una de las medidas, hasta el momento, más trascendentales debido a que tiene de por medio la evaluación social a través de las urnas y las encuestas.

Tras ejecutar eae a partir del discurso del Ejecutivo federal del 2 de septiembre pasado, en el que invitó a los mexicanos a pasar de la lógica de los cambios posibles, calculados por el impacto electoral, a pasar a la lógica de los cambios necesarios y urgentes para México.

Con esta palabras, el Presidente abrió el camino de la trasformación y el fortalecimiento de la investidura presidencial que había quedado debilitada desde que se abrió la transición en México en 2000.

Sabino Bastidas Colinas, analista político, afirma que esta decisión sofoca la exigencia que se le había hecho al Presidente de ejercer la democracia y tomar determinaciones.

“En todas las transiciones democráticas, los gobiernos emanados de la democracia se ven en la necesidad de enfrentar y desmantelar prácticas autoritarias del viejo régimen”, explica.

El investigador del CIDAC asegura que “la resolución de Felipe Calderón no es un asunto en contra de los sindicatos, o en contra de los trabajadores, sino contra un absurdo que era inviable económicamente”.

A esto, Marco Herrera, especialista en comunicación política, señala que el Presidente con su decisión gana mucho y pierde poco.

“El hecho de tomar decisiones que se vienen postergando desde hace tres o cuatro sexenios, implica muchos riesgos y si se hacen las cosas bien, puede quedar en el ánimo de la gente que está tomando decisiones adecuadas”, resalta.

En tanto, el legislador Gustavo Madero, sostiene que la determinación del Ejecutivo fue “valiente, audaz necesaria para modernizar el sector energético… una decisión que lo prestigia, que resalta su capacidad como estadista y como líder de los mexicanos”.

Por su parte, el presidente del PAN César Nava expresó que Acción Nacional respalda la decisión del presidente Felipe Calderón porque es una medida oportuna que redundará en el mejor servicio a los usuarios; se trata de una compañía que venía arrastrando pérdidas y deficiencias en el servicio.“Se trata de una medida aplaudible que respaldamos y acompañaremos. Es un paso valiente, es una decisión histórica la que anunció el presidente y Acción Nacional la respalda en forma enfática y sin ninguna duda”, resaltó el también diputado.

RENTABILIDAD

El politólogo Sabino Bastidas asegura que la decisión de extinguir Luz y Fuerza, a futuro traerá una rentabilidad político-electoral al gobierno de Felipe Calderón. Pero, advierte que la misma dependerá de cuál sea el desenlace del proceso de extinción de LyFC.

“Condicionaría la rentabilidad electoral o política al desenlace final de este proceso, no es un sólo momento, esto no hay que asumirlo como un hecho aislado, sino como un proceso que debe resultar exitoso en el mediano y largo plazo. Si efectivamente sale bien, si efectivamente el Presidente logra que esto se transite de manera pacífica, que efectivamente se liquide la empresa y los trabajadores tomen la liquidación que les corresponde y todo esto sale bien, sin duda estamos ante un Calderón diferente al que teníamos antes de tomar esta decisión”, señala.

Sin embargo, Marco Herrera, autor del libro Los efectos de la comunicación en la elección del 2006 en México, no coincide con el planteamiento de Bastidas, y descarta que la resolución de Calderón haya sido planeada para darle votos al Partido Acción Nacional.

Fue —argumenta— una decisión política que fortalece al Primer Mandatario ante la opinión pública, ante la ciudadanía, que lo deja “muy fortalecido”, aún a pesar de los grupos políticos discordantes con su planteamiento.

Mientras que Gustavo Madero, presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado, asegura que el 70 por ciento de la población refrenda la decisión de Calderón de extinguir a la Compañía de Luz y cree que este tipo de acciones permitirán a México avanzar y exponer a los mexicanos que están defendiendo el pasado y los privilegios.

En el estudio de opinión realizado por GCE-Milenio, el 69 por ciento de los encuestados está de acuerdo en que el gobierno ponga orden aunque existan movilizaciones y resistencias de carácter laboral.

El senador panista añade: “Atacar la decisión del Presidente es una posición reaccionaria. Es exactamente defender los privilegios y es defender el pasado y la corrupción. Creo que hay un gran reconocimiento a esta decisión del Ejecutivo, que más que un costo le traerá mucho apoyo”.

LIDERAZGO

Tanto Sabino Bastidas, como Marco Herrera, coinciden en que el presidente Calderón en el futuro debe tomar más decisiones, como la de extinguir a Ly FC.

Marco Herrera asegura que el país necesita dejar atrás los juegos políticos y “necesita que se tomen decisiones para salir del bache económico en el que estamos metidos, y mientras no se tomen las decisiones y se sigan haciendo los políticos, creo que México no va a salir adelante”.

En tanto, Sabino Bastidas refiere que la democracia no significa anarquía y si el Presidente reencauzó al país de nuevo hacia un régimen democrático funcional, no debe postergar aquellas decisiones de Estado.

Explica: “No confundamos, la democracia significa tomar las decisiones de manera transparente, de manera colectiva, con autoridades legítimas, eso es democracia. “Y el desorden en el que han caído muchos rubros de la vida cotidiana de México, la parálisis de muchos temas, los privilegios de muchos actores tanto de la derecha como de la izquierda, claramente poco a poco, harían inviable la democracia, me parece que el tomar decisiones en un sentido u otro nos acerca a un régimen democrático funcional”.

Entretanto, Gustavo Madero afirma que como país, “en México somos lentos para tomar algunas de las decisiones que son necesarias para la modernización de la economía, de los sectores estratégicos. El propio ex presidente Luis Echeverría durante su mandato, en 1974, había ordenado la liquidación de Luz y Fuerza, y no fue sino hasta hoy que el presidente Felipe Calderón asume un liderazgo, una responsabilidad histórica para avanzar en esta dirección”, precisa.

El coordinador del PAN en el Senado, pide a los actores políticos y a la opinión pública en general, cerrar filas y apoyar al presidente Calderón en esta resolución, “es muy importante que en esta decisión nos pronunciemos a favor de los mexicanos que queremos empujar precisamente la eliminación de los privilegios, de las transferencias e recursos públicos hacia sectores reducidos, que ostentan privilegios injustificados”.

Madero reconoce que a partir de esta determinación de Calderón, el país entra a un momento de definiciones importantes. “Es un momento en el que tenemos que sumar, consolidar y respaldar al presidente Calderón en estas decisiones, porque son las que van a permitir que el país recupere gran parte de su competitividad y de su productividad perdidas”.

A revisión

El politólogo Sabino Bastidas y el coordinador del PAN, Gustavo Madero, coinciden en que el presidente Calderón debe revisar la legalidad de otros sindicatos, como el de los maestros, o los petroleros. Hacer que transparenten las grandes transferencias de recursos que reciben de la Federación para su operatividad.

Madero pondera que el SNTE y el sindicato petrolero no son impunes. “Aquí no hay intocables, no hay privilegios, el chiste es que se acaben los privilegios”, reitera.

Sabino Bastidas señala que hay otros enclaves autoritarios u otros actores, que por supuesto están siendo “pícaros”, que tienen privilegios o condiciones que son abusivas, que viven del presupuesto.

Pero, ese hecho no justificaría, o no sería argumento para no emprender por algún lado las cosas, todavía faltan otros sindicatos, hay que tocar monopolios empresariales, hay que tocar otros intereses, no significa que no se tenga que empezar por algún lado”, declara.

En discordancia con ellos, Marco Herrera sostiene que la decisión de Calderón que aplicó indirectamente en el Sindicato Mexicano de Electricistas, “se pueda aplicar con otros sindicatos, porque la acción que tomó el Gobierno fue para Luz y Fuerza, y eso daña al sindicato.

“Creo que no hay ningún otro caso parecido referente a los sindicatos, en donde se pudiera tomar una decisión de la misma magnitud, creo que no se va a ir, o no pueden aplicar la misma regla con los demás sindicatos”, asegura.

Fortaleza

Sin embargo, tanto Marco Herrera, como Sabino Bastidas, coinciden en que la decisión de Calderón de extinguir Luz y Fuerza, lo fortalece, más allá de legitimarlo en el poder.

El politólogo Sabido Bastidas, reconoce que esta determinación fortalece en todos sentidos al Presidente.

“Creo que es un Presidente que toma decisiones, marcando un rumbo, que puede haber o no simpatías con las decisiones, puede haber enojo, puede haber gente que no esté de acuerdo, pero es un señor que está ejerciendo las facultades que le otorga la Constitución y la ley”, reconoce.

Añade que esta resolución debe entenderse como la facultad que tienen los poderes públicos emanados de la democracia, de ejercer gobierno. Insiste que la “democracia no significa anarquía, no significa postergar todas las decisiones del Estado; la democracia significa tomar las decisiones de manera transparente, de manera colectiva, con autoridades legítimas, eso es democracia”, reitera.

En esta ejecución del poder la determinación del Presidente, no sólo fue para extinguir a una compañía inoperante financiera y laboralmente, sino también para desaparecer a un enemigo político, reflejado en el liderazgo sindical de Martín Esparza.

Marco Herrera establece que queda muy claro que eliminar Luz y Fuerza, llevaba necesariamente al líder del SME, Martín Esparza, a pagar la factura de financiar el movimiento de Andrés Manuel López Obrador con recursos públicos que se le proveían al sindicato.

Bastidas expresa que cuando un gobierno toma una decisión, “discrimina dentro de las opciones posibles distintas formas y distintos escenarios”; el SME, afirma, había capturado a la Compañía de Luz, con una cantidad de privilegios, que eran groseros e insostenibles.

La percepción de la ciudadanía es que el 66 por ciento está de acuerdo en que los partidos deben mantenerse ajenos al conflicto

viernes, 16 de octubre de 2009

Comunicación para el apagón

Hemos vivido durante esta semana un hecho totalmente inusual en este país, le apagaron la luz a una empresa totalmente ineficiente y, de paso, se acabó la historia de uno de los sindicatos más poderosos y combativos en México. Fue una operación compleja en su impacto político y complicada en su operación, la cual requirió una gran planeación estratégica; donde una de las herramientas más importantes para su éxito es la comunicación.

En una situación de este tipo, la comunicación se planea para cada una de las fases y es de tal importancia que, tomada la decisión y después de hacer el anuncio, el resto del proyecto se deja en manos de la comunicación. Si analizamos que la acción importante (el anuncio del decreto y la toma de las instalaciones) fue el sábado en la noche cuando medio México celebraba el pase al mundial, nos percatamos que ya estaban cerradas las ediciones de los noticieros (siendo además el día de descanso). Era obvio que la noticia no tendría gran difusión, la intervención había sido planeada de esa manera para minimizar el impacto; más tarde, el domingo por la noche, el anuncio en cadena nacional por parte del Presidente, perfectamente medido y cuidado, haría la segunda parte de la estrategia.

El lunes por la mañana, con los mensajes perfectamente definidos, los Secretarios de Gobernación y Energía, así como el Director General de la CFE, en entrevistas en todos los noticieros, con mensajes consistentes, daban certidumbre a los trabajadores de la CFyL y a la población en general. La mañana pasaba entre asombro para unos y resignación para otros. El refuerzo en los noticieros nocturnos, aclarando dudas y más conferencias de prensa el martes por la mañana, van llevando el asunto por los caminos planteados.

El sindicato, por su parte y con su arrogancia acostumbrada, celebraba el futbol y para cuando fueron avisados, asombrados e incrédulos trataron de organizarse y generar una respuesta. Así, fue hasta el domingo a medio día que se organizaron para tomar decisiones y hacer marchas; ya por la noche corrían de noticiero en noticiero, intentando posicionar sus mensajes y amenazas y tratando de hacer un control de daños. El hecho estaba consumado y la situación los tomó por sorpresa.

Con el escenario planteado en las primeras 24 horas, el Gobierno lleva ganada la partida hasta ahora. Todo lo que veamos en los siguientes días será un asunto jurídico y mediático en donde se tratará de ganar los espacios en la opinión pública. Sin embargo, la consistencia del plan de comunicación, por lo que se ha visto, blindó de una muy buena manera la decisión, la acción de la toma de las instalaciones y las consecuencias. Tan es así que la opinión pública en las mediciones está más a favor de la decisión del Gobierno y el comentario general en los medios, es que fue un operativo limpio y legal.

Esta es la importancia de la visión de las relaciones públicas para este tipo de situaciones. En este caso es un gran trabajo de las áreas de comunicación social y de su grupo de expertos en comunicación y manejo de crisis, que hacen la planeación milimétrica, con el planteamiento de los diferentes escenarios y con las respuestas perfectamente dirigidas y medidas.

En subsecuentes días seguiremos viendo cómo se desarrolla el asunto y ganará el que tome las mejores decisiones y el que gane el espacio de la opinión publicada. En este caso podemos ver cómo la comunicación fue la luz para los que organizaron el apagón.

jueves, 15 de octubre de 2009

Diablitos

Ahora que el gobierno de Felipe Calderón decidió liquidar la Compañía de Luz y Fuerza del Centro, cabe hacer un sinfín de reflexiones y teorías dominicales, he aquí algunas.

México es como un poste de luz lleno de diablitos, de ésos que maneja LyFC en la ciudad de México: el poste y las instalaciones son el país, el gobierno son los directivos (que toman medidas que pocos aceptan), los ciudadanos son los consumidores, que en su gran mayoría ponen diablitos para obtener el servicio (bienestar social, servicios, infraestructura) sin pagarlo como se debe (impuestos); por su parte la empresa (México), que es rehén del sindicato (ídem, más los partidos políticos y anexas), por no querer dejar de recibir las canonjías ganadas (logro revolucionario) y que, además de usarlos para sus propios beneficios (corrupción, gimnasios, caballos, ranchos y logros sindicales), lo utilizan para hacer política a sus anchas (dinero entregado a sus cómplices políticos), con el agravante que, además, es dinero del Gobierno que se estaría usando en su contra.

El diablito y el poste de luz es una de las mejores analogías que resumen el carácter del mexicano en su actitud general: arriesgarse a quedar electrocutado por obtener algo gratis y, más allá de ser gratis, es el hecho de demostrar la capacidad y uso del ingenio para burlar las leyes o burlarse del gobierno. Esto en especial, al mexicano lo hace sentirse ingenioso y valiente. El diablito es una más de las características y desgracias nacionales que no hemos podido erradicar de nuestra cultura y que no nos deja avanzar para ser más competitivos.

En otra reflexión, me viene una pregunta a la mente: ¿Qué situación tan grave hay detrás de todo esto para que en un momento tan complicado para el Presidente y su mandato se decida tomar esta difícil decisión? Sobre todo cuando la empresa ya se encontraba en liquidación y varios presidentes anteriores, no procedieron a dar el último paso por representar riesgos enormes para la seguridad nacional. ¿Significará ahora que el no hacerlo pudiera representar un riesgo mayor?

Sobre todo ahora que el presidente, al parecer, no tiene grandes apoyos. ¡Hasta algunos miembros de su mismo partido se han batido en un maremágnum de declaraciones que no ayudan al proceso! ¿Será que los miembros de las Cámaras también son rehenes de los intereses que ahí se mueven y se ven rebasados al cuidar a su partido y a su Presidente? ¿Será esto parte del juego político al que obliga la decisión?


Para Calderón, uno de los grandes riesgos que esto implica es que toda la oposición se alinee al sindicato ­--como se vio en la marcha del jueves—pero, además, es probable que grupos que no están declaradamente a favor del movimiento lo puedan hacer o, simplemente, se mantengan en un cómplice silencio. Por los tiempos políticos que estamos viviendo, en donde está en juego la autorización del paquete fiscal, esto pudiera debilitar más a la Presidencia.

O ¿Puede ser que el Presidente --ante un PRI fuerte y dominante en la Cámara de Diputados y habiendo elecciones importantes en la ruta al 2012 y con todas las apuestas en contra-- lance la liquidación de LyFC, así como el llamado a cortar gastos de los partidos, como una estrategia para ganar espacios y donde se tiene más que ganar que realmente perder? Y esto apostando a la lógica de que este hecho obligaría a las fuerzas políticas a definirse a favor o en contra de que México avance.

Ya vimos como el PRD y el PT inmediatamente se alinearon con el SME, lo que al parecer ratificaría la teoría de que este sindicato apoyó a AMLO en el plantón de Reforma y de que parte de los recursos del SME son los que están financiando los movimientos con los que se quiere desestabilizar al sistema. En ese caso, estaríamos hablando de un serio problema de seguridad nacional para el 2010 ante el Bicentenario y las amenazas de grupos extremos. Si es así la jugada, a pesar de sonar fuera de lugar, obedecería a una lógica entendible.

Cuando escuchamos a los partidarios de la izquierda que apoyan al sindicato gritando en la calle que se respeten los derechos de los sindicalistas, sólo queda pensar que con esa acción están defendiendo las prácticas corruptas, están cuidando los intereses económicos de unos cuantos, están defendiendo las malas prácticas y el mal servicio. El problema es que con esta posición, no cabe entender de estos partidos y luchadores sociales, el otro discurso sobre la ayuda a los pobres, la democracia para todos, y menos que cuando apoyan a ese sindicato solamente lo hacen por los 40 mil empleados, la inauguración de gimnasios lujosos, las prácticas corporativas, etcétera, ¿Y los otros 50 millones de pobres de los que tanto se preocupan, dónde los dejan? ¿No suena un poco incongruente?

Queda claro que a México los diablitos de la luz, los diablitos ciudadanos, los diablitos políticos y, sobre todo, los de los sindicatos le hacen mucho daño el país. Algún día habría que empezar a exorcizarlos. Curioso que al PAN le toque hacer este trabajo, ¿Casualidad o encargo divino?

jueves, 8 de octubre de 2009

Los males de México

Lo que dice la opinión publicada (lo que se publica en los medios): La información es confusa, especialistas dicen que el mundo se aleja del precipicio, que la crisis económica ya pasó, aparecen signos de recuperación; escuchamos también que México ya no produce lo que el mundo necesita. Vemos a Brasil ganar terreno, la mejor economía de la región, le gana los Juegos Olímpicos a EU, tiene petróleo y todas las inversiones extranjeras se están enfocando hacia ese mercado.

Estados Unidos se mueve en terrenos muy frágiles, su recuperación es lenta. Por los cambios que quiere hacer Obama, lo atacan los de derecha y los de la izquierda. Analistas estadounidenses señalan que la situación es muy parecida a cuando asesinaron al primer ministro israelí en 1995, y hasta en Internet se llegaron a hacer apuestas electrónicas para ver quién apostaba por si asesinan o no al presidente Obama; obviamente, el FBI las eliminó. Mientras, en México, la crisis nos destroza, no hay consensos políticos, los monopolios como el SME ponen en jaque a la economía, al gobierno y en el fondo nada pasa, todo sigue igual.

Lo que dice la opinión pública (lo que la gente piensa y dice): No al aumento de impuestos, ya pónganse de acuerdo, los políticos no sirven para nada, ni un peso más hasta que nos digan cómo se gasta el dinero. Ya no podemos más, estamos hartos. Por una parte, nos suben los impuestos, el agua y el predial y, por otra, los precios han subido en las últimas semanas. No hay agua, sigue la inseguridad, las autoridades no aplican la ley, la corrupción es insoportable, etcétera.

Lo que dice el gobierno: Tenemos un agujero en las finanzas públicas, necesitamos recaudar más, el 2 por ciento es para ayudar a los pobres. Urge eliminar distorsiones del sistema tributario, necesitamos más ingresos, aprueben las reformas, abróchense el cinturón, ya hicimos recortes, necesitamos inversión extranjera, que vengan los turistas, etcétera.

Lo que dicen los empresarios: No podemos más con las cargas fiscales, no más impuestos, necesitamos créditos, inversiones extranjeras, certeza jurídica, apoyos del gobierno. Liberen reglas, hagan más licitaciones, liberen el gasto en inversión, necesitamos proyectos de infraestructura, ejerzan el presupuesto de gasto de inversión, bajen el gasto en el IFE, etcétera.

Lo que dicen los políticos: No más impuestos que dañen al pueblo, que el Ejecutivo recorte gastos, no es posible un aumento de 2 por ciento, es imposible seguir dañando a las clases más pobres, tenemos que ver por el pueblo; cambien el modelo económico, ¡pero cámbienlo!, Nos están atacando, quieren dañarnos electoralmente, busquemos mejores soluciones, es falta de voluntad política de la izquierda, es falta de voluntad política de la derecha, busquemos que la revolución haga justicia social, etcétera.

Lo que dicen los sindicatos: No es posible que nuestros logros históricos nos los quieran quitar, son logros que la Revolución nos entregó y no los podemos perderlos, son ataques de la extrema derecha, síntomas de la privatización extrema a la que el país está siendo llevado. ¿Los pobres? ¡Ah…sí, los pobres!, nosotros luchamos por nuestras bases y defendemos los proyectos productivos de nuestra empresa (aunque sea la ineficiente), todo nuestro esfuerzo es por la lucha de las clases de México, etcétera.

Y mientras se da este diálogo (si es que a esto se le puede llamar diálogo) entre los grupos “productivos” de México, los ciudadanos, tenemos que trabajar, enfrentar el terror de tener que pagar más impuestos sin ver un resultado real, sin tener mejor infraestructura; pagando más cara la gasolina, con baches en las calles, enfrentando la falta de agua. Teniendo inseguridad en las calles, una policía con todas las deficiencias existentes, enfrentando una burocracia corrupta, ministerios públicos con un bajo nivel de conocimientos, etcétera.

Las Pymes, por su parte, están tratando de mantener su trabajo con sus pequeños capitales, sin créditos por no tener garantías hipotecarías, manteniendo a sus clientes, generando valor a su producto o servicio a su propio costo, tratando de no correr a sus empleados y lidiando con el retraso de los pagos por parte de sus clientes que, cada día más, extienden los pagos, aunque sean grandes empresas nacionales.

Los comerciantes, a como dé lugar, tratan de vender sus productos, asimilan los altos costos, tratan de no aumentar precios, pero parece imposible: no hay muchas ventas, la gente no tiene dinero, pero hacen su mejor esfuerzo.

Como podemos ver, en México, como siempre, difícilmente nos ponemos de acuerdo, nadie ve el mismo problema, todos tratan de defender su estatus quo y sus propios intereses. Desafortunadamente, no hay un proyecto de nación a futuro y no hay un liderazgo que aglutine toda la fuerza, potencial e inteligencia que existe en nuestro país.

¿Cuándo los líderes del país llamarán a un gran pacto, más allá de la política y los planes electorales? ¿Quiénes y cuándo podremos diseñar un país que quiera trascender, más allá de la posición cómoda del contrato con el gobierno y de la ganancia rápida?

Llamo a la conciencia de los líderes y a la sociedad para hacer propuestas y formalizarlas de alguna manera, para que México pueda alcanzar la grandeza a la que está destinado.

jueves, 1 de octubre de 2009

Los Juanitos de México

Como un molde que no quiso ser Juanito, que se dijo “político”, se convirtió desgraciadamente desde su lanzamiento hasta su prematura y muy anunciada muerte política, en el “arquetipo” del político actual de México.

Primeramente, se le reconoce por un nombre que no es real. Muchos de los políticos actuales hacen peripecia y media con sus nombres, actas de nacimiento y domicilios para poder contender por las posiciones que los partidos les ofrecen y, además, también quisieran poder cambiarse el nombre después de ejercer sus puestos para que no los persigan por sus tropelías. La paradoja del nombre falso o supuesto en este caso, es que el dirigente lo bautiza con un nombre diferente porque no se sabe su nombre real, lo que implica que es solamente una ficha del juego político, pero hoy a los políticos eso no les importa, mientras puedan estar en la jugada y obtener el puesto.

En segundo lugar, tenemos que, como el caso de este personaje, a los políticos les crean una fama pública y el aparato de burocracia partidista lo encumbra porque lo necesita y lo desecha ¡por la misma razón!, para que al final del día dar cabida a otros políticos que, por impedimento legal, no pudieron contender en la elección. En el fondo los partidos lo que hacen es hacer llegar a sus piezas políticas a cualquier precio, pasando por encima de leyes, instituciones y personas. La partidocracia está convirtiendo a la institucionalidad, la democracia y la política en una desgracia.

Tres, los conocimientos, el profesionalismo, la experiencia, el perfil psicológico, el pasado, su expediente penal, la responsabilidad social y otras tantas más cualidades de una persona no importan para elegir a sus candidatos, lo que les importa es encontrar a una persona a la que puedan manipular, que le ordenen qué hacer y que se comporte como un soldado.

Para acabarla de amolar el ambiente político, lleno de malos ejemplos, le dieron la fuerza para sentirse el dueño del mundo, pasó como muchos de nuestros políticos, de chalán a candidato y, gracias a su proyección, empezó a acariciar sueños guajiros que alcanzaban hasta la posibilidad de ser Jefe de Gobierno del DF y hasta Presidente de México.

En todo este drama nacional, la opinión pública y los medios de comunicación jugaron un papel importantísimo en el encumbramiento de este personaje, como representativo de la política nacional. Tenía todo lo que cualquier asunto mediático exige, personaje popular, de una clase social baja, que después de luchar y ser soldado disciplinado, logra con base en un gran esfuerzo, alcanzar una posición de responsabilidad. Además, hace todo tipo de monerías y excesos, alcanza la fama y encima de un ladrillito se marea y se convierte en el personaje más famoso de la política nacional durante las últimas semanas. Si hubiera sido un candidato del partido en el poder, seguramente se hubiera dicho que era una pantalla para distraer la atención pública, pero no, era un hijo de López Obrador.

La situación más compleja fue que, fuera del control de nadie, fue creciendo y como esponja y buen seguidor de AMLO, copió al pie de la letra la misma y sagrada fórmula del rayito de la esperanza y comenzó a hacer tropelías y chuza con sus propios jerarcas políticos. Sin querer queriendo, como dijera el chavo, puso en vilo al país, contribuyó a desacreditar a los políticos nacionales, fue tema central de debate político, hizo que las corrientes políticas de la izquierda, derecha, centro y anexas mostraran lo más podrido de su pensamiento y actuar. Provocó la miseria política mexicana y mostró lo peor de nuestra sociedad.

En estas semanas escuchamos aberraciones de todo tipo, desde trucos legales, hasta las más retorcidas historias y estrategias políticas. Juanito funcionó como una catarsis a la memoria colectiva nacional, para dar pie al arquetipo político de la época. Qué añoranzas cuando en la época de Cantinflas, con sus personajes lograba algo similar, pero de manera positiva en la conciencia pública. La gran diferencia es que en esa época los personajes eran supuestamente ficticios y, todos lo entendían así, actuados.

Ahora lo que vemos es una cruel realidad y un terrible reflejo de nuestra sociedad y de nuestros políticos, convirtiendo a las leyes y legalidad en un trapo sucio con el que se puede limpiar la peor escoria de nuestros tiempos.

La gran moraleja es dura y destructiva, ¿Quiénes son los grandes culpables de tanta miseria política? ¿Los partidos, los dirigentes, los medios, la opinión pública, el candidato Juanito que no es el Juanito que ganó pero sí el que perdió o todos como parte de un colectivo histérico en época electoral?

Esta terrible historia se deberá de escribir en las páginas negras de nuestra vida política, es una de las más triste y desgraciada leyendas urbanas modernas que este país ha tenido.

Ojalá aprendamos la lección, incluyendo a todos los demás Juanitos de México: la mayoría de los políticos nacionales.