martes, 20 de septiembre de 2011

LA CRISIS Y EL FUTURO

Estamos viviendo en el mundo situaciones inéditas, en un abrir y cerrar de ojos Estados Unidos se debate en una crisis económica y, además, con una profunda disputa política; se pudiera pensar que es un problema de dineros, pero no solamente es eso: en el fondo estamos viendo una gran crisis en el sistema social americano y todo su fundamento. Por su parte, en Europa también vemos una gran crisis; nadie lo hubiera pensado, pero con los ejemplos de Grecia y España, toda Europa se ha visto afectada por la situación económica mundial. De pronto, los bancos europeos y las grandes instituciones financieras tienen grandes problemas de liquidez y el Banco Central Europeo ha tenido que otorgar créditos emergentes a las instituciones de la región para enfrentar sus obligaciones. Ya suenan las primeras voces ofreciendo la mágica solución de echar a andar la máquina de fabricación de moneda para solucionar la crisis mundial. Y lo más inaudito es que ya hasta pidieron ayuda a los especialistas norteamericanos, lo que nos permite interpretar que no es solamente un asunto europeo. Para medir el tamaño del problema que enfrenta el mundo es necesario entender las declaraciones de funcionarios internacionales en los últimos días: primero, el FMI habla de que si no queremos ver la situación empeorar, todos los actores involucrados deben de tomar acciones. Y la pregunta sería, ¿a quiénes se refiere? Obviamente, primero a los gobiernos de los distintos países, no es una decisión de un solo Estado sin ver a los demás; también incluye a los bancos centrales, a las instituciones financieras y a los dueños del dinero. En pocas palabras, este llamado quiere decir que ya no se puede seguir la antigua regla del juego del monopolio, ni la excusa del estado nacional, la cual venía prevaleciendo hasta ahora y que, de frente a una crisis cuasi bíblica (si se me permite la expresión), es necesario innovar en beneficio de lograr un futuro manejable. Por su parte, la OCDE, en su última intervención internacional, también alerta que la crisis en la que se encuentra el mundo, no está generando los empleos que la humanidad necesita, lo que está afectando a una gran cantidad de personas en todo el orbe y, sobre todo, a las nuevas generaciones de jóvenes que no tienen posibilidades de un empleo para iniciar la creación de un futuro. Este organismo llama, también, a tomar decisiones que van en contra de los excesos monetarios en los que el mundo ha caído en los últimos años. Lo complejo del asunto lo generan dos cosas, básicamente. La primera es que el efecto que logró durante los últimos años consolidar la fuerza europea, ahora la está empezando a dividir; el famoso concepto del nacionalismo de estado, que inicia con el Tratado de Westfalia en 1648 y que se consolida con la revolución Francesa y que, a la larga, generó la actual configuración económica de la zona. Pero la actual crisis, después de la instalación de la comunidad del Euro, la crisis mundial inmediata anterior y los problemas financiero de Grecia y España, está haciendo que el nacionalismo individual de cada país empiece a empañar la toma de decisiones en conjunto y que ese egoísmo cause una separación que fomente una mayor crisis en Europa y en todo el mundo. Ya se pueden ver algunos ejemplos que van a complicar las situaciones: la empresa farmacéutica suiza Roche acaba de anunciar que dejará de surtir medicinas al sistema de salud de Grecia y lanzó un aviso al gobierno Español de que puede hacer lo mismo con ellos. En el caso de Grecia, hace cuatro años que no paga las medicinas adquiridas; con esta acción, es seguro que alguna otra empresa francesa o alemana se unan a esta medida, ya que a este nivel de problema económico las empresas europeas y los respectivos gobiernos se están juntando para exigir los pagos de sus adeudos y más, cuando ya se le han autorizado recursos financieros internacionales para enfrentar sus problemas económicos. ¿Será que ahora sí el mundo llegó a un momento crucial, en donde la unión de todas las voluntades es necesaria para crear el nuevo orden mundial que, en pocas palabras, piden a gritos el FMI y la OCDE? El mundo, en su conjunto, enfrenta grandes retos (que suenan imposibles de corregir) para delinear el futuro, pero ya no es posible seguir apostando al desarrollo futuro en un sistema que crea tanta riqueza basada en la pobreza del mundo. Es necesario un gran cambio en la conciencia humana. ¿Será posible que todas las profecías para el 2012, estén orientadas a generar ese gran cambio y no necesariamente en la destrucción física del mundo? Ante esto a la humanidad no le queda de otra más que generar esa nueva conciencia para poder tener un mundo más equilibrado en todos sentidos. Si no lo hacemos así, solamente estaremos contribuyendo a destruir el mundo y el balance natural. Hoy, ningún estado nación está libre de tener un descalabro y, ojalá, la cordura entre los dirigentes políticos y empresarios mundiales pueda ante esta situación realmente generar un sistema económico mundial más equilibrado. Si no se aprovecha este momento, es muy probable que corramos el riesgo de entrar en una espiral de quejas sociales mundiales como las que hemos estado viviendo en los últimos tiempos en los países árabes, o en Gran Bretaña o ahora en Chile, con la única diferencia de que gracias a la globalización y las tecnologías de la información, son movimientos que se generan de manera muy rápida y “silenciosa” hasta que ya estallaron. Ejemplo es la iniciativa llamada "Ocupemos Wall Street", en dónde de manera pacífica la sociedad común y corriente empieza hacer presión frente a las bolsas de valores, esperemos a ver las reacciones de miedo o de precaución por parte de los estados nacionales ante este tipo de demandas sociales, por la inequidad de nuestro sistema económico mundial.

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