viernes, 6 de julio de 2012

La lógica de los perdedores



En un país donde se votó por el menos peor, el voto de castigo es un asunto de democracia y del mundo al revés, donde el que pierde, termina ganando el premio mayor.


Hoy quiero presentar los resultados de la elección bajo una óptica distinta de la que tradicionalmente se analizan los resultados electorales, una óptica de reversa dirían por ahí. Todo el mundo ve la elección bajo el concepto en donde hay un beneficiario de los votos, el que ganó; pero debemos de entender que el voto de castigo aplica y que los ciudadanos lo ejercen en contra de un candidato o partido; de esta manera, analizaremos  los números bajo la lógica de los perdedores, lo que es lo mismo, el premio al ganador del mayor desprecio nacional. Para este ejercicio sumaremos los votos que cada partido no obtuvo, la suma de todos los votos para cada uno de sus competidores, los que no votaron por cada candidato.

Bajo este criterio, los número dicen que el PAN ganó el primer desafortunado lugar, ganó el mayor desprecio de los mexicanos, ya que un total de 36.6 millones de mexicanos votaron en contra de ese partido representado por su candidata Josefina Vázquez Mota, (en contra, el PAN, obtuvo 12 millones a favor, ocupando el tercer lugar en la votación general). En pocas palabras, el mensaje enviado por la ciudadanía fue: “fuera de los Pinos, no te queremos como gobierno, te dimos una oportunidad los últimos 12 años y no estamos contentos por la forma en que nos has gobernado”.

El segundo desafortunado lugar fue al PRD, representado por AMLO, que ganó el desprecio de 33.5 millones de votantes, (en contra, el partido y su candidato recibieron 15.5 millones de votos a favor, lo que lo colocó como la segunda fuerza política y por encima del PAN). Al parecer, el mensaje muy claro es: “no te queremos en la presidencia y, en tu caso, es por segunda ocasión”.

Y, finalmente, el tercer desafortunado lugar fue ganado por el PRI, representado por Peña Nieto,  que sumó en su contra 30.3 millones de votantes que no lo quieren como presidente, (en contra, el partido recibió 18.7 millones de votos a su a favor) y que, por haber recibido, entre los tres principales partidos, el menor número de votos en contra, su candidato se ganó la rifa del tigre y el premio es un boleto para llegar a la silla presidencial.

En un país en donde no hay buenos candidatos, la gente le miente a las encuestas, más del 40% de la población no vota y el elector, de plano, vota por el menos pior pues es lógico que el partido y el candidato que gana es el candidato que menos votos en contra recibe; aquel candidato que es menos rechazado es el que gana el honor de ocupar la Presidencia de la República. Es un asunto de la democracia y del mundo al revés, el que pierde gana el premio mayor.



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