jueves, 18 de octubre de 2012

Estudiantes y partidos



Para compensar la incertidumbre que genera la efervescencia de grupos estudiantiles en diversas zonas del país, las mismas organizaciones sociales y políticas quieren resolver los problemas sin llegar a la violencia mediante la creación de nuevos partidos políticos.

Panamá, Panamá.- La distancia siempre da perspectiva; visto desde lejos, México en las últimas fechas ha tenido mucha efervescencia de grupos estudiantiles en diversas zonas del país. Los motivos, al parecer, son varios: las inconformidades por el proceso electoral; la búsqueda de mejores condiciones en la educación que se está impartiendo, como es el caso de los estudiantes normalistas de Guerrero y de Michoacán; también, hemos visto manifestaciones de los estudiantes que no tiene lugar en universidades, ni trabajo; y, por último, tenemos la huelga en la Universidad de la Ciudad de México, por las razones típicas de los procesos internos, movimiento que nadie entiende, pero las instalaciones están tomadas y no se solucionará el conflicto hasta que intervengan autoridades del Gobierno del Distrito Federal.

La historia nos ha mostrado, desafortunadamente, que en nuestro país estos movimientos no vienen solos, hay una serie de factores políticos y de lucha entre grupos de poder que han usado a los estudiantes como ariete para presionar por meros motivos políticos y en donde sus demandas realmente son pretextos para tomar la calle, lo que significa que hay poderes ocultos incitando a los jóvenes, en estado de desesperación, a salir a la calle. Esto no quiere decir que, en algunos casos, no sean justas algunas de sus peticiones, pero si revisamos algunos de los casos, quejarse porque tienen que tomar clases de inglés y tecnologías podría sonar, tal vez, un poco exagerado.

Este juego de poderes a través de los estudiantes representa un riesgo para la estabilidad política del país y más en el momento de transición que estamos viviendo, lo que además no es casualidad, ya que los poderes fácticos están midiendo y buscando los nuevos espacios en donde se podrán mover y, aprovechando el vacío de poder que sufre la administración central que se origina ante el cambio de gobierno. Definitivamente, esta situación es peligrosa porque, de alguna manera, están jugando con fuego; el malestar de tantos jóvenes sin oportunidades y la pobreza extrema que tenemos en México generan un caldo de cultivo para cualquier tipo de movimiento, levantamiento o insurgencia, con motivos reales, independientemente de los motivos políticos que haya detrás.

Al mismo tiempo, como un proceso de búsqueda de un balance o para dar cauce político a estos movimientos, estamos viendo que las mismas organizaciones sociales y políticas, quieren compensar esta incertidumbre mediante institucionalidad, que es la mejor manera de resolver los problemas sin llegar a la violencia en una democracia; esto es a través de nuevas instituciones políticas, entiéndase, partidos políticos. La historia también nos marca a través de los años, que la creación de nuevos partidos ha sido la mejor manera de dar cauce legal a las inconformidades sociales. Recordemos que después de los movimientos estudiantiles y del incremento de la guerrilla de los años 60´s y 70´s, Don Jesús Reyes Heroles, como secretario de Gobernación, abrió la oportunidad de crear nuevos partidos políticos que sirvieron, en su momento, para dar cabida a esas inquietudes y  movimientos, lo que dio pie a la creación de la actual izquierda mexicana.

A cuarenta años de distancia pareciera que, de alguna manera, ese ciclo se está cerrando, hoy tenemos una izquierda pulverizada, dividida y desgastada por dos factores: uno, el ejercicio del poder y, dos, una falta de ideología que los sustente; por su parte, la derecha sufre el mismo efecto, pero por el ejercicio del poder Presidencial y por no haber sabido masificar el partido durante ese tiempo. Contrario a estos dos casos, el PRI, a pesar de tener un gran desgaste, hoy está mejor parado que su competencia y lucha por una renovación que no ha podido consolidar, ni en el 88 ni en el 93, por negación de las alas tradicionales del partido.

Hoy se están generando vías para que la sociedad abra nuevas iniciativas políticas y que se presenten opciones en nuestro sistema político - social que pueden ayudar a dar cauce legal a las inconformidades sociales. Insisto, a nadie le conviene, ante un escenario mundial con una enorme crisis económica, que la inconformidad se salga a la calle sin control y que genere enfrentamientos, roces entre autoridades y estudiantes, con escenarios violentos como los que se han visto en Michoacán.


Analista Político
Twitter: www.twitter.com/@Marcovherrera

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