jueves, 25 de octubre de 2012

Sindicatos y partidos



Hasta ahora, los líderes sindicales en México habían podido mantener su gran poderío, pero todo cambia y, con reforma o sin reforma, por el exceso de los juegos políticos y económicos, empieza su fragmentación.

Hemos estado viendo todo el circo que ha generado la aprobación de la reforma laboral; los diputados se pelaron, discutieron que si fueron o no al baño, que unos sí votaron, que otros no, que si Batres rompió la puerta de cristal, todo adicionado con los plantones de Noroña. De ahí, al Senado y el mismo circo; como son menos, pues el espectáculo fue más corto. Aún no cantemos victoria de lo que va a pasar, ya que regresa el circo a los diputados y ya veremos cuál será el resultado.

Hay dos grandes hechos que surgen como resultado del proceso: uno, le permite ver al gobierno de Peña Nieto el cómo quedaron las fuerzas en el Congreso y cómo funcionarían las alianzas y coaliciones; claro, siempre pueden cambiar, pero, como coloquialmente se dice en mi pueblo, esto sirvió pá medirle al agua a los camotes en las dos Cámaras, ya se enteró el Presidente Electo con quien puede o no puede contar.

En segundo término, esta discusión, de alguna u otra manera, fragmentó al poder sindical; queramos o no, por lo menos en el SNTE algo se movió, la estructura de la dirigencia cambio y, junto con el Sindicato de Pemex, los dos dirigentes en procesos electorales internos quedaron elegidos por seis años. Durante el fin de semana lo más enfático de la noticia del proceso de votación sindical fue que los líderes fueron reelegidos por seis años, lo que manda un mensaje muy claro al Presidente Electo Peña Nieto, que mal o bien, lo acompañarán durante todo su sexenio. Quién sabe qué pase después de eso, es muy temprano para decirlo y habrá que ver las modificaciones de la ley.

Ahora bien, este asunto está fragmentando a los sindicatos; desde el punto de vista de los partidos políticos, todos defenderán sus posiciones sindicalistas, pero si el nuevo gobierno pretende una democratización de estos gremios es seguro que, o pretendan cambiar sus pactos y preferencias partidistas, o, a la larga, se dé una fragmentación que hará que empiecen a quedar fuera de los partidos políticos. Si juntamos esto con la crisis que se está viviendo en los propios partidos, la cual provoca que se estén formando nuevas ofertas a los ciudadanos, ¿qué pasará con los sectores sindicales  que siempre vivieron dentro de los partidos políticos tradicionales? ¿Se liberarán de la relación perversa que hasta ahora mantienen?

Irremediablemente, las sociedades avanzan, hasta ahora los líderes sindicales en México habían podido mantener su gran poderío y el estatus quo inamovible, fueron 40 años sin mover la ley del trabajo, iniciativas iban y venían, pero al parecer ya les llegó su hora. Estos movimientos, seguramente, algo causaran dentro de los sindicatos, sobre todo porque vivimos dos mundos sindicales: el de los líderes en donde todo es perfecto, en donde se goza el poder y el dinero y, por otra parte, el bajo mundo, que consiste en aquellas estructuras en donde se sufre la burocracia, las injusticias, las presiones y los malos manejos de las cuotas sindicales.

Desafortunadamente, la vida sindical mexicana es el reflejo justo de nuestra inequitativa sociedad, las cúpulas de los sindicatos se parecen más a las altas esferas empresariales, donde todo es dinero y poder, y las bases sindicales sufren en forma muy similar a lo que viven los 50 millones de pobres, con todas las injusticias e inequidades.

Todo cambia y con reforma o sin reforma, por el exceso de los juegos políticos y económicos, empieza la fragmentación también de los sindicatos en México.


Analista Político

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