jueves, 6 de diciembre de 2012

Status quo



Hoy, las bases están sentadas para el gran cambio. La elección de los personajes del gabinete de Peña Nieto obedece a que estos funcionarios tienen una misión muy concreta en este arranque de periodo presidencial: navegar entre las fuerzas de los poderes fácticos y los poderes de los intereses de la política para lograr el tan deseado cambio que México necesita.

Iniciamos un nuevo período Presidencial, un nuevo gobierno, con casi todo renovado; y digo casi todo porque, en el Congreso, una gran mayoría son los mismos personajes, pero en diferentes posiciones. Pasa lo mismo en los partidos políticos, pero el cambio siempre implica en la mente de los humanos nuevas oportunidades. Estamos viendo que, gracias a este momento, se están cambiando cosas, ya se firmó un pacto, ya se han logrado algunas reformas y pareciera que hay una voluntad renovada para impulsar a México por un nuevo camino.

Esto implica, irremediablemente, que el Presidente Peña Nieto quiere cambiar el status quo que se ha mantenido en México, después de 12 años de control panista en el gobierno y que, a pesar del poco tiempo (comparado con los 70 del PRI en la pasada época), el status quo fue empeorando por falta de habilidad política. Si antes era imposible moverlo por los poderes fácticos y las luchas de poder, en estos doce años se convirtió en rehén de circunstancias como afectaciones mundiales y la situación de la inseguridad.

El objetivo de Peña Nieto es moverlo y, con esto, mover a México hacia un mejor desarrollo; para esto, la estrategia que ha seguido en estos pocos días de su gobierno ha sido hábil. El primer paso fue la firma del Pacto por México con las tres fuerzas políticas más grandes e importantes. Revisando el Pacto firmado, ahí se encuentra de manera general un plan de gobierno y lo interesante es que ya logró el compromiso de los partidos para que se unan a cambiar el status quo que prevalece en el país; esto no es un asunto menor, ya que en este documento está definido perfectamente el rumbo que debe de tener el país.

Definitivamente, nadie en su sano juicio puede decir que no queremos para México todo lo que ahí se propone, es una mezcla de asuntos pendientes del país que no se han hecho o cumplido, así como metas muy ambiciosas de asuntos que, por tradición, no se han tocado y que son necesarias reformar; entiendo que cumpliendo con los asuntos pendientes se puede generar una dinámica que irremediablemente abrirá el camino a las demás y, con esto, se podrá realmente cambiar el status quo que está intocable desde hace mucho tiempo.

Este es el motivo de la elección de los personajes del gabinete; mucho se ha dicho de ciertos nombramientos y estoy de acuerdo, pero, en esta lógica de romper las inercias y las zonas de confort, se necesita gente muy especializada. Esto no quiere decir que las caras que estamos viendo hoy tomar posesión de las diferentes carteras se vayan a quedar todo el sexenio, significa que estos funcionarios tienen una misión muy especial en este arranque de periodo presidencial. Por otra parte, es también difícil entender que estas posiciones no hayan sido negociadas con los actores principales en los sectores correspondientes.

Un ejemplo es el nombramiento de Emilio Chuayffet en Educación Pública, está mandando a un funcionario con experiencia en el tema y un gran manejo en política, pero, más allá de los pasados pleitos con la Maestra Gordillo, hay que analizar que el secretario de esa cartera está en medio de dos grandes fuerzas contrarias, el SNTE y la CNTE, y eso es lo primero que hay que negociar; después, enfrentarse a las fuerzas del Congreso para la reforma y, posteriormente, implementarla con todos los gobernadores. Como podemos ver no es un asunto menor y para este caso se necesita un gran político, no un gran técnico. Considero que así cada una de las carteras del gabinete fueron analizadas y se colocó a la persona que consideraron indicada para este arranque de gobierno, esperemos que todos estos políticos nombrados puedan navegar entre las fuerzas de los poderes fácticos y los poderes de los intereses de la política para lograr el tan deseado cambio que México necesita.

La tarea no va a ser fácil, ya que esto implica romper muchos intereses y va a ser necesario convencer a las fuerzas del mercado y a ciertos personajes que tienen que cambiar y romper sus mentalidades monopólicas. México es una madeja de monopolios de todos tipos, pasando desde la economía, por la política, la cultura y llegando hasta lo sociedad; es una mentalidad que  debemos de romper para realmente poder mover el status quo.

Hoy, las bases están sentadas para el gran cambio; empezará la tormenta de la negociación, en donde tenemos que entender que las viejas prácticas de las mentiras fáciles (caso Monreal, AMLO y Bejarano) empiezan a ya no funcionar. Si Peña Nieto logra una buena sinergia con pequeños cambios que la mayoría de los mexicanos apoyen, los políticos y poderes facticos necios se irán quedando atrás y entenderán que estas prácticas les están dañando a ellos mismos.


Analista Político

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