viernes, 15 de febrero de 2013

Reto de la seguridad



El reto más complejo que enfrenta el nuevo gobierno en materia de seguridad es el reconstruir el tejido social con base en confianza y acciones integrales

El resultado de la guerra en contra de la inseguridad pública ha dejado un saldo terrible para el país y la sociedad, independientemente de haber roto la línea de mando dentro de los carteles, lo que implicó una fragmentación de grupos delincuenciales y el rompimiento del control que, bien o mal, existía por el lado del gobierno. La cruenta guerra ejercitada por el Presidente Calderón terminó desintegrando a los cuerpos policiacos y lesionó severamente al ejército. Por parte de la ciudadanía, estos eventos causaron severos daños en el tejido social, lo que arrojó  una gran cantidad de fallecimientos, víctimas, desplazados y ciudades fantasmas, entre otras tantas cosas más.

Pero el efecto más importante de esta guerra es la inmensa desconfianza,  por parte de la población, en las autoridades judiciales y los policías. Tenemos el caso del surgimiento de las policías comunales, principalmente en Guerrero y Oaxaca, que toman las armas en sus propias manos y crean cuerpos policiacos civiles para cuidar sus comunidades, defenderse de la delincuencia y de los policías que, en gran medida, al estar coludidos con algunos grupos, cometían fechorías vestidos de policía. Véase el caso de los violadores en Acapulco que, al parecer, toda una comunidad, cerró la carretera para defenderlos de la policía y  del ministerio público y no dejaron pasar a la autoridad. Este ejemplo de pronto empezó a generalizarse en zonas pobres,  indígenas o marginadas, como parte de la reacción social ante la injusticia.

Éste es el riesgo más complejo que enfrenta el nuevo gobierno, el reconstruir el tejido social con base en confianza y acciones integrales, ya que tenemos que mucha gente ha vivido directa o indirectamente a la sombra de la delincuencia o de la informalidad y el resto de la sociedad ha sido agraviado por estas acciones.

 La pregunta a resolver es: ¿cómo reincorporar a la sociedad que ha vivido en la ilegalidad  a una actividad productiva y sin la necesidad de delinquir? Creo que ése será el mayor reto de la autoridad, cómo reintegrar a una sociedad que, por historia, por flojera y por comodidad, no prefiere tomar el camino fácil que es el de la legalidad.

Ése es el gran reto, ¿no cree?


Analista Político

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