jueves, 14 de marzo de 2013

¿Fin del sistema de chantajes?



Estamos viendo a un gobierno con iniciativa, operación política y voluntad de resolver los problemas, por lo que el Congreso ya dejó de ser juez y parte en la búsqueda de soluciones.

El sistema político mexicano generó un sistema de chantajes; diputados y senadores, durante mucho tiempo, ofrecieron a los llamados poderes fácticos sus votos para la gestión de apoyos y autorización de leyes y reformas. Podemos decir que, durante décadas, hasta jugaron con los agentes económicos, grupos de poder y de presión mediante la generación de leyes y reformas.

El asunto empeoró cuando el PAN estuvo en el poder, ya que el PRI, al no estar a cargo de la Presidencia, trató de gobernar desde las Cámaras. De hecho, en la última legislatura, se dio el caso de que los mismos presidentes de los partidos fueron incorporados al poder legislativo, en donde jugaron dos papeles al absorber la función de coordinadores de bancada; el juego político estancó las grandes reformas y el poder legislativo se convirtió en el campo de batalla de la misma economía, en donde no salieron las tan ansiadas reformas y se jugó con los intereses de grupos económicos.

Ahora que se ha creado el Pacto por México, como una mesa de negociación previa al Congreso, y que los presidentes de los partidos ya están fuera de la Cámara, estamos viendo una gran rapidez en la generación de los consensos para la presentación de las reformas políticas que se están tramitando. Esto se debe a que existe mucha operación política, tanto dentro de los grupos económicos como dentro de los partidos políticos, dejando al poder legislativo solamente su trabajo de creación de leyes y cuidar el diseño institucional de los mecanismos de control de estado sobre los asuntos específicos de cada una de las reformas.

Es de llamar la atención que, en el caso de la reforma de telecomunicaciones, llegó la reforma con los consensos de los empresarios del sector totalmente planchados; el mayor riesgo de esa reforma en especial era que no se pusieran de acuerdo los intereses de los grupos de poder como Slim y Azcárraga, así como de los demás principales jugadores que involucran a la telefonía celular, Internet, radio y televisión. Pero fuimos testigos de que, inmediatamente después de su anuncio, todos saludaron la reforma, dejando a los políticos con la única necesidad de tener que cuidar las formas legales del estado para poder tener un buen control y diseñar el equilibrio necesario en la parte reglamentaria e institucional. Se acabó el juego de escuchar a las partes, de tener que hacer foros con la sociedad y demás artilugios para lograr los consensos y que, en muchos casos, en los últimos años vimos que en algunos temas escabrosos no se llegó a concretar nada. ¿Será que el Pacto por México está acabando con el sistema de chantaje de los políticos a la sociedad?

El mejor ejemplo es esta reforma de telecomunicaciones, en donde la mejor muestra de diseño y consenso de intereses la deja ver el comentario de la Diputada Carpynteiro quien, cuando conoció la iniciativa de Ley, sólo alcanzó a decir: ¿quién se puede negar a la reforma? Esto quiere decir que, gracias al diseño de la iniciativa y a una excelente operación política, no solo entre los políticos, sino entre los grupos de poder, al parecer ya hay voces que dicen que se puede tener la reforma autorizada antes de Semana Santa, lo que demostrará que nuestro Congreso puede ser muy eficiente, siempre y cuando los consensos se generen fuera de la Cámaras, ya que ellos dejaron de ser juez y parte en la búsqueda de soluciones a los problemas.

Estamos viendo a un gobierno con iniciativa, operación política y voluntad de solucionar los problemas; esto está generando que la Presidencia retome su posición de fuerza y de rectoría del estado, lo que generará que los grupos económicos y sociales piensen dos veces el ir primero y directamente con los legisladores y segundo con los partidos políticos para la solución de problemas vía leyes, porque con este nuevo esquema, queda expuesta su ineficiencia; el mejor camino, por el momento, se convierte el Poder Ejecutivo.

Este asunto no es menor, ya que dará pie a una nueva conformación de la oferta política de los partidos, ¿será que también pierdan el monopolio de la generación de leyes y la afiliación solamente sea para generar la participación en el sistema de votaciones?

El Pacto por México y su éxito en la construcción de las reformas estructurales, está dando un gran giro a la política mexicana y, por el momento, al parecer está cerrando la vieja práctica del antiguo sistema de chantajes muy arraigado en nuestro país. Y todo, porque el Presidente Peña Nieto está logrando darles todas las reformas peladitas y en la boca.


Consultor




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