jueves, 2 de mayo de 2013

El PAN sin pan



Hacia el interior del Partido Acción Nacional sufre problemas básicos de estructura y existen muchas rencillas lo que los coloca en una posición de debilidad para enfrentar un proceso electoral que puede acabar de devastar al partido.

El Partido Acción Nacional está en serios problemas y hoy se podría concluir que lo peor que le pudo haber pasado en toda su historia como partido político es haber ganado la Presidencia de la República. Después de dos periodos presidenciales,  el saldo para este instituto político es devastador: está fraccionado; Fox técnicamente fue sacado del partido, y Calderón, con un reducido grupo de su equipo de gobierno, lucha por mantener el control de la organización política; la desbandada de militantes demostró que los números habían sido inflados durante su ejercicio en el poder; no existe cohesión entre los diputados ni senadores; Manuel Espino, ex presidente del partido, formó su propia organización y ahora ataca a Calderón y, para rematar, los legisladores hasta discuten sus diferencias a grito pelado ante el cierre del periodo legislativo. Ya no hay pan que alimente a ese partido y tampoco tiene liderazgos fuertes y de peso moral.

Esto, obviamente, nos lleva a la reflexión profunda sobre el sistema político mexicano y sus estructuras. Hoy están muy lejos los tiempos de algarabía, esperanza y felicidad panista cuando llegó la alternancia, la cual propició, por cierto, un gran debate sobre el resquebrajamiento de aquel poderoso sistema político creado y mantenido por el Partido Revolucionario Institucional durante casi 80 años. Cierto es que cuando el PAN ganó en el 2000 se habló mucho sobre qué pasaría con el PRI después de que perdiera la presidencia, pero hoy, a doce años, vemos que no sólo sobrevivió, sino que se restauró en una estrategia bien definida desde fuera del centro hacia adentro y en donde un gobernador ganó la Presidencia para su partido nuevamente.

Existe una gran diferencia entre los dos partidos, misma que hoy está quedando claramente a la vista. El PRI fue creador del sistema político y todo su andamiaje, nace desde el poder y, con el tiempo, va desarrollando una gran capacidad de respuesta ante todo tipo de situaciones a través de quince periodos presidenciales, con estructuras de control perfectamente organizadas y desarrolladas y con un sistema de premiación a sus bases; técnicamente representa un sistema profesional de políticos. En cambio, el PAN nace diez años después de la creación del PNR (después PRI) en 1939, a partir de una base social cerca de empresarios, apegado a la filosofía humanista y doctrina cristiana, que obtiene su primer gubernatura hasta 1989; por este motivo nunca definió su sistema de crecimiento y de inserción con la sociedad, siempre fue muy elitista y su filosofía siempre lo mantuvo distante de las masas y de la población. A pesar de haber ganado la presidencia en el año 2000, nunca desarrolló un sistema de integración de una base social o de premiación de militantes, a tal grado que, después de perder la presidencia, los panistas deciden limpiar el padrón de militantes del partido y se dan cuenta de que pierden el 80% del mismo. Curiosamente, en uno de los estados en dónde más pierden militantes es en Veracruz, ¿será por eso que es tan importante ese asunto como para hasta salirse del Pacto?

Además de estos problemas básicos de estructura, vemos que internamente hay grupos que tratan de controlar el partido; unos, para tratar de refundarlo e iniciar un nuevo camino, mientras que otros quieren defender a grupos políticos del pasado que ven sus posiciones en riesgo por sus pecados políticos mientras estuvieron en el poder.

Es natural que hacia el interior del partido existan muchas rencillas y más cuando desde una posición de debilidad enfrentan un proceso electoral que puede acabar de devastar al partido, no tienen candidato, no tienen cohesión y es muy seguro que no tengan dinero para enfrentar los procesos electorales. Es por eso, también, que están clamando que no se utilicen los fondos de los programas sociales, pero es muy seguro que en algunos estados ellos mismo hayan utilizado en el pasado y, conocedores de esto, tratan de exponer al PRI para ver si de esta manera rescatan un poco de las migajas de la próxima elección.

En los próximos meses veremos aún más de esta guerra interna en el PAN y es posible que, en una franca desesperación, las fuerzas internas desaten escándalos mayores. Recordemos que la famosa frase del “fuego amigo” fue acuñada por uno de los pilares del partido, el “Jefe Diego” y que él mismo fue presa de estos ánimos destructivos que tienen los grupos internos.

Lo que no están midiendo es el daño que toda esta situación les estará generando en las próximas elecciones, en donde la debacle puede acabar de finiquitar lo poco que les queda. ¿O será que el “fuego amigo” está apostando a que el PAN se quede sin pan?

Consultor


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