jueves, 5 de diciembre de 2013

El primer año que aún no termina



Si el primer año de Peña Nieto fue de reformas, el segundo debe ser de gobernanza, que significa fomento de la competitividad, innovación, rendición de cuentas, transparencia, certeza jurídica, que la economía genere trabajo y bajen la pobreza y la desigualdad.

El primer año del gobierno de Peña Nieto no ha terminado aún, como muchos asumen. La tradición siempre ha sido medir el primer año a partir del día de toma de posesión y contando los siguientes 365 días, pero este año es totalmente atípico.

Esto, por la simple y sencilla razón de que este periodo de gobierno no se rigió por los días naturales, sino por los días y tiempos del Pacto por México, el acuerdo político que ha generado la mayor cantidad de cambios y reformas en un “año”, en la historia de nuestro país.

Y para verdaderamente analizar los logros de este primer año del Presidente Peña Nieto, debemos de tomar en cuenta que los tiempos del Pacto han sido totalmente irregulares y se han detenido en varias ocasiones por haber sido saboteado, golpeado, vituperado, desacreditado, abandonado, vuelto a abandonar, traicionado, reingresado, dejado y demás acciones para desbaratarlo, acciones mismas provenientes de políticos, grupos, partidos, fuego amigo, real politik, empresarios, ciudadanos y demás.

Otro factor y elemento de tiempo importantísimo para conformar la evaluación de este ciclo, por supuesto es el de los tiempos legislativos, cuyo segundo período puede terminar hasta el día 31 de diciembre y que, de alguna manera, si se logra hacer alguna reforma energética como proceso final del Pacto, ahí es dónde deberemos de evaluar, utilizando, por supuesto, una lógica diferente aplicable a este primer año.

Esa lógica de evaluación no debe ser la tradicional, debe concretarse entendiendo que, en el plan de gobierno de Peña Nieto, el primer año debía de buscar las reformas estructurales “tan necesarias para el país”. Pero, ¿qué creen?, a muchos de los que trataron de boicotear al Pacto ya que, por supuesto, las reformas no les acomodaban porque rompen el Status Quo conformado por una serie de beneficios que reciben por estar el modelo de país bajo las eternas reglas, que permiten monopolios, sindicatos, prebendas, ahorros de impuestos, etc., etc., etc. Irremediablemente, en el jaloneo de las negociaciones, vimos mini devaluaciones, fuga de capitales, estancamiento económico y demás presiones para no pagar más impuesto y no perder los beneficios logrados por la revolución y las privatizaciones. Los presidentes más reformadores nunca son los más populares porque rompen con los paradigmas de los grupos de poder.

Si revisamos los cambios que se han logrado, simplemente en la Reforma Política, es inaudito, pensar que se aprobó casi la reelección, entre otras cosas, y que los que supuestamente hicieron una Revolución con la frase: “Sufragio Efectivo, no reelección”, 104 años después, los Panistas fueron los más animados anunciando el gran logro de la reelección y, así, muchas más reformas que habría que evaluarlas cuando se termine el período legislativo, aunque quedarán para el segundo año las leyes secundarias, que serán las que le den operatividad a las reformas.

Partiendo de ahí, habría que proyectar el segundo año que, así como el primero fue de reformas, el segundo será verdaderamente de gobernanza, de llevar de la mano a todo el gobierno, federal y a los otros dos niveles de gobierno a trabajar en absorber las reformas y sus efectos, en donde la administración pública deberá de actuar bajo nuevas reglas, y que será necesario crear un nuevo modelo de funcionarios de la administración pública.

Además, la gobernanza  significa fomento de la competitividad, la innovación, la rendición de cuentas, la transparencia, un gobierno moderno, certeza jurídica y que la economía genere trabajo y baje la pobreza y la desigualdad, además de que baje la inseguridad.

Primero, reformas,  que se han logrado muchas en el aun no terminado primer año, y, segundo año, gobernanza ¿Cuál será más difícil?


Consultor y Analista Político


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