jueves, 29 de mayo de 2014

Degradación social

Veo con preocupación que, como sociedad, estamos llegando a un límite de degradación social extremadamente preocupante; en la última semana hemos visto en las noticias varios casos de agresiones físicas entre niños y jóvenes en las escuelas de todo el país, causando, desafortunadamente, hasta niños muertos o heridos de gravedad. El famoso “bulling” de pronto se posiciona como un grave problema social digno de legislar, según algunos congresistas.

Lo grave del asunto, en mi opinión, es que lo veamos y tratemos como un problema aislado y único  y no como lo que realmente es: la consecuencia de una sociedad sin valores, en donde el sistema de educación y de gobierno no están funcionando.

Y para verlo de esta manera, desgraciadamente, tenemos que reconocer que somos una sociedad con ciudadanos que infringen la ley y autoridades que no la aplican. Hoy, somos una sociedad que ve sin mayor consecuencia la corrupción pública y la privada, la delincuencia está desbordada, por un lado, los que cometen ilícitos y, por el otro, están los que permiten que el dinero sucio se convierta en parte de la economía; hay burocracia en las entidades públicas y en las empresas privadas, estamos acostumbrados a ver grandes desacatos públicos de la ley y no pasa nada, a padecer cuando la calle se llena de grupos clientelares que presionan a la autoridad, a observar cuando comunidades que apalean a policías, o bien, a convivir con comunidades que toman la ley en sus manos, cometen delitos y no pasa nada.

¿Qué es lo que están viendo nuestros hijos y los jóvenes estudiantes en la televisión, en las noticias, en la vida diaria? Una sociedad que no castiga los hechos delictivos y una violencia generalizada en todo el país. Lo más grave es que la no acción de la sociedad y la incapacidad de las autoridades policiacas y judiciales están creando un efecto de dignificación a los actos violentos y delincuenciales.

Hemos caído en un peligroso juego de ping-pong de incapacidades; un ejemplo es lo que pasa en la ciudad de México en donde la sociedad culpa al gobierno y el  gobierno culpa a la sociedad, como si fueran entidades distintas. La gran culpa del gobierno es haber abusado de las redes clientelares y haberlas usado para ganar espacios políticos y poner a la sociedad en contra de la sociedad; a su vez, la gran culpa de la sociedad es mantenerse alejada y pasiva. De ahí, hoy vemos brotes de violencia en contra de las autoridades por no resolver los problemas.

Si bajamos toda esta problemática a las familias, nos percatamos que vivimos una educación con violencia generalizada, los niños son reflejo de los que ven en su casa,  repiten los modelos y actúan como sus padres lo hacen a diario. Un niño golpeador o agresivo con sus compañeros es, seguramente, hijo de una familia con violencia intrafamiliar. Ése es el efecto que, como sociedad, estamos generando una ciudad sin ley, una comunidad inmune a las consecuencias y una autoridad débil.


Nos hemos convertido en una sociedad sin valores y a veces pienso que quisiéramos que alguien nos resuelva el problema. En mi opinión, la única manera de resolver este tipo de problemas es retomando individualmente los valores, aplicándolos en nuestra vida diaria y, si todos fuéramos lográndolo con la congruencia de nuestros actos, podremos crear una mejor sociedad. De otra manera, no habrá héroes externos que nos presionen a ser mejores ciudadanos. La solución está en cada uno de nosotros, actuemos correctamente para tener una sociedad correcta y sin violencia, exijamos en la medida que nosotros mismos cumplamos.

martes, 13 de mayo de 2014

Aislamiento social

Tengo una teoría que desde hace días me da vuelta en la cabeza y me preocupa: veo a todo el mundo enloquecido por el poder y la seducción que representan las redes sociales y los nuevos medios de comunicación digital. Supuestamente, toda la sociedad se ha volcado hacia esta nueva forma de comunicación humana que, además de ligar a las personas, las enlaza y les genera empatía con las causas sociales; finalmente, conecta a todos los humanos. Hasta ahí va bien la cosa y todos tenemos ejemplos “hasta p´aventar pa´rriba”. Eso está claro.

Pero existe un efecto colateral muy peligroso que, cabe aclarar, no es causado por la tecnología sino por la misma razón que son útiles, el uso en exceso que el humano va desarrollando  en su interacción diaria con la tecnología. ¿A qué me refiero? Además de que las personas actualmente dejan de ver todo lo que está a su alrededor y sólo fija su vista en el telefonito (ayer leía que hasta 125 veces voltea uno a ver la pantalla del celular o que ya se rompió el record de escritura), el humano de hoy quiere sintetizar la vida en 144 caracteres; la tecnología facilito la capacidad de síntesis, pero considero que hoy estamos en el extremo del péndulo tratando de sintetizar vida, pensamiento e ideología en muy pocos caracteres.

¿Qué me preocupa?, que no hay debate social, que la razón y las ideas no caben en 144 caracteres por más tuits que se envíen, la humanidad se está haciendo intolerante al debate de las ideas, la mecánica es: se recibe un tuit con una opinión o chisme y la gente lo toma como verdad absoluta, no revisa si la información es verídica o no, simple y sencillamente, si lo dice alguien, lo dan como verdad y de ahí basan su opinión, lo retuitean y se generan enormes cadenas de desinformación. Lo mismo pasa en las respuestas que se encuentra uno en las páginas “on line” de los periódicos, kilométricas serie de mails, tuits, respuestas, ataques, groserías, mentadas de madre y demás. ¡Puros descalificativos! Me preocupa que eso no está abonando el terreno para una discusión ideológica.

En las universidades y dentro la sociedad en general no hay debate, no hay ideología más que la de las redes sociales y sus efectos positivos y negativos. Lo que no sé, y ésa es mi preocupación, es si en el extremo del libertinaje de uso y facilidad estemos perdiendo, como  sociedad, la capacidad de crear ideología, de generar ideas más allá de un mensaje corto y posiblemente efímero.


Creo que este exceso de comunicación y facilidad tecnológica, como un resultado negativo, en el fondo está creando la paradoja de contar con una gran capacidad de comunicación al mismo tiempo que genera aislamiento social. ¿Estarías de acuerdo o no?

miércoles, 7 de mayo de 2014

El Oscar para la anti democracia

Soy muy crítico con nuestro sistema político, y critico mucho a los políticos y su actuación, pero en esta ocasión los dejaré en paz y criticaré a un ciudadano que, por alguna razón, para favorecer su fama y/o alguna otra circunstancia, decidió gastarse más de medio millón de pesos en desplegados para quejarse de la política energética que está proponiendo el Gobierno de Peña Nieto.

Durante muchos años, he apoyado proyectos de comunicación política y me ha tocado trabajar con grupos muy envalentonados para quejarse públicamente, pero es muy curioso, cuando ven el precio de los desplegados, toda esa valentía se va al bote de la basura y más bien salen a relucir los agujeros de los bolsillos; en este caso, el afamado cineasta mexicano Alfonso Cuarón, le pica el gusanillo de la política y se convierte, de pronto, en férreo defensor de la democracia mexicana y sin empacho, seguramente porque en dólares se le hace poquito, a nombre de un bonche de mexicanos (¿?) pide razón sobre la iniciativa presidencial en sendos desplegados en medios nacionales, además de poner en marcha una página en internet.  Como buen cineasta, acostumbrado a la licencia creativa (excusa para modificar las historias que se narran en el cine) genera diez preguntas e iniciativas dándole a su queja su propia narrativa democrática.

Cuando vi el primer desplegado, me di cuenta que, como muchos mexicanos, empleados de gobierno y ciudadanos, la queja formulada dejaba ver que no se había leído siquiera la reforma constitucional; me queda claro que él no la leyó y que la gente que le está operando esta campaña, tampoco, ya que no creo que un ganador del Oscar por mejor película, que no vive en México desde hace tiempo, tenga tiempo de dedicarse o fijarse en estos detallitos.

Por otra parte, la propuesta la presenta una vez que ya se hizo la reforma constitucional y cuando se están formulando las leyes secundarias; para el nivel de preguntas, ¿no debió hacerlas antes o en plena discusión de la reforma y no cuando le toca a las leyes secundarias?  ¿Usted qué cree? Ahora bien, su primer desplegado generó respuestas y muy claras, pero en el segundo propone una serie de cosas que rompen por completo el principio de la democracia, ¿por instrucción presidencial o gubernamental organizar debates en televisión abierta? ¿No está enterado que ni el IFE, ahora INE, puede organizar tan fácilmente los debates presidenciales? ¿No sabe que hay una legislación respectiva, que la televisión es concesionada y muchos etcéteras más?

No cabe duda que su actitud deja muchos claroscuros sobre sus intenciones o, en su defecto, sólo demuestra que en México los únicos ciudadanos que se pueden enfrentar al gobierno son los que tienen dinero y fama internacional o, de plano, que atrás de su intención hay una mano negra que está “meciendo la cuna”.
Y, como siempre, ya salieron los espontáneos de la historia, los defensores y los patrocinadores, para adueñarse de la iniciativa, ya lo invitan al Senado como héroe nacional para que exponga sus apreciables dudas, lo envuelvan en la bandera nacional y, como nadie lo había hecho en México por su trabajo, le otorguen el Oscar por la antidemocracia.


Aquí cabe decir lo que decía el clásico: hemos visto muchas películas de democracia en el cine y, si a esto le sumamos la práctica insana de nuestros políticos baratos de quejarse por quejarse y de inventar mentiras y repetirlas en spots de radio, pues el numerito es rentable y hasta le harán ganar otro Oscar.

Debate en el PAN

El pasado debate de la campaña del PAN ha dejado ver que ese partido no han podio sobrepasar el peso del poder en México. El resultado de doce años de ejercicio de la Presidencia de la República le heredaron las  peores prácticas que nuestro sistema político ha generado: corrupción, ineficiencia, falta de transparencia, manejo de influencias, entre otras.

Con la arrogancia de seguir pensando que siguen en el poder, este partido que se estrena en el esquema de votación abierta entre militantes, para elegir a su Presidente, lleva cabo su campaña interna como si fuera para una candidatura de elección popular, giras, prensa, acarreo de militantes, mítines y hasta debate público, lo curioso es que supuestamente después de salir del poder, se limpio él padrón del partido quedando solamente 220 mil militantes, por lo que podemos decir que es mucha campaña para tan pocos militantes y votos.

El debate dejo mucho que desear, con mala coordinación, graves problemas técnicos, y que hasta desafortunadamente, hizo ver mal a una excelente periodista como lo es Adriana Perez Cañedo, mostro a un Ernesto Cordero mal preparado, que excedía los tiempos permitidos, y que en un su discurso de apertura, sonó a algún viejo discurso de Calderón cuando era Presidente. Ya en su exposición de lo que quería para el PAN en su vida interna el discurso fue totalmente confuso, primero, quiso defender su candidatura con los supuestos logros de la administración en la que participó, y que le hicieron perder al partido la presidencia y obtener la menor cantidad de votos en los últimos años; y segundo, planteo un “cambio” para renovar al partido y regresar  al pasado y recuperar lo que se perdió en las últimas épocas.

Por su parte Madero, un poco mejor preparado, hablaba con ejemplos y contando historias de su militancia, más fluido su discurso y sonaba un poco más cercano al militante. Ambos reconocen que el partido, absorbió lo peor del sistema político mexicano, que se dejo cooptar por la ambición y el poder y que el partido está en su peor momento.

Lo peor para el partido es que en una contienda interna del PAN, no se hable de otra cosa más que del PRI. El PAN nace como un verdadero partido de oposición y a pesar de haber estado en el poder por doce años, digamos que mentalmente no ha podido sobrepasar esa etapa, y hoy las oferta son contradictorias, pero las dos posiciones son las que han hecho que el partido siga subsistiendo.

Cordero cuenta una historia de funcionario público y Madero cuenta una historia de partido, ¿la militancia  del PAN tiene una difícil decisión?