viernes, 3 de noviembre de 2017

El nuevo reto de la Integridad

Enfrentamos en la última semana uno de los primeros casos públicos de resolución de conflictos de integridad, el tema se perdió en el barullo político, pero en el fondo el concepto y las leyes empiezan a funcionar y el caso del FEPADE dejará la primera huella. Ante la remoción del Fiscal Santiago Nieto, aparece de manera pública el concepto de violación al Código de Conducta, que está directamente relacionado con los códigos de ética y los lineamientos para prevenir el conflicto de intereses; no es que no se conozca, pero desafortunadamente, hasta que no se convierte en escándalo público, como es el caso, la sociedad no tiene conciencia de lo que es y lo que implica. Más allá del tema político, que obviamente tiene el caso por la encarnizada lucha de poder ante las elecciones del próximo año, aparecen como causa mayor, para cesar a un funcionario, sus violaciones al Código de Conducta de la institución. De momento, y por el escándalo político que implicaba por el asunto electoral, nadie lo tomó en cuenta, pero por suerte, conforme pasaron los días, el peso de la ley y el concepto fue haciendo que las cosas se acomodarán para hacer que todo regresara al cause que debiera ser. Y me explico. El impacto en la percepción pública fue que “separaron de su cargo al fiscal electoral por violar el código de conducta”, y lo único que quedó fue “separaron al fiscal electoral”, y toda la cargada política se dejó ir con todo en contra del gobierno. La razón del porqué nadie la vio, analizó ni entendió, ¿sabes por qué fue? primero, porque no estamos acostumbrados a este tipo de conceptos, es nuevo y más en la administración pública; las instituciones están en proceso de hacer sus códigos de conducta y de ética y de crear sus políticas de integridad y aún se están haciendo los ajustes, además, los que la hayan creado y las tengan en uso deben de ajustarse a las políticas del nuevo sistema anticorrupción, lo que significa que el país es nuevo en estos terrenos. ¿Y entonces que pasó?, como tradición, todos los grupos políticos vieron, como siempre y por la coyuntura, la posibilidad de crear escándalo, de usar el tema para hacer drama y tratar de exponer al gobierno de manera pública, una vez más, por el tema de la corrupción, y de sacar raja política extra cuando, además, en el Senado se tenía pendiente la autorización de la Ley de Ingresos. Y así se arma el escándalo. De manera inmediata, las hienas políticas se lanzan a clamar carroña pública a gritos, viene la fiebre de declaraciones y exposiciones de motivos políticos fuera de razón, pero de pronto, poco a poco, todos se empezaron a dar cuenta de las implicaciones, de las razones reales y de que se habían excedido en sus declaraciones, y se crea un curioso ambiente en donde cualquiera que se mueva primero quedará en ridículo por sus declaraciones anteriores. Y entonces, todos se empiezan a quedar pasmados y empieza la verdadera negociación. La trampa funciona y las denuncias de los abogados de Lozoya son la palanca final que hace que todo se acomode, ya que las denuncias penales, a pesar de que el Senado hubiera reinstalado a Nieto, no se hubieran eliminado por decreto, y a la larga, irremediablemente, hubiera tenido que dejar el puesto para enfrentar el proceso. Al final de la sema todo se acomoda solito y el balance es positivo para el gobierno de Peña Nieto, el Presidente se sale con la suya: la Ley de Ingresos autorizada, el ex Fiscal por su propio pie acepta que no hay condiciones para regresar (una muestra de su gran egoísmo y protagonismo que al final, como típicamente pasa con este tipo de funcionarios, lo convirtieron en una pieza desechable, ante un perverso y gran juego político) y en el fondo acepta también que estaba actuando desde su nombramiento para favorecer a grupos políticos de oposición. La buena noticia es que los conceptos de integridad, ética pública y la necesidad de respeto a los códigos de conducta y el de actuar adecuadamente ante los conflictos de interés empiezan a ser un tema relevante por parte de los funcionarios públicos y la sociedad mexicana. Los frenos de la ética pública siguen siendo la resistencia al cambio, la falta de conocimiento, el que aún no se han ajustado los procedimientos en las dependencias, y, por supuesto, la ambición política. Este proceso recuerda cuándo se empezó a implementar la transparencia, pero el proceso por suerte ya inició. Tengo fe (no esperanza, no hay tiempo que esperar, urge que ya sea un hecho) de que poco a poco las leyes anticorrupción van a ir ajustando las actitudes de los políticos y de la misma sociedad para generar el cambio social de actitudes hacia la política, la administración pública y todo en su conjunto a cambiar el país. Por eso era fue tan importante lo que sucedió en la semana pasada, si en el centro de la futura Fiscalía Anticorrupción no se respeta el código de conducta de la institución y se toman decisiones políticas sobre la actuación incorrecta de los funcionarios, se hubiera vulnerado y enterrado por completo el sistema anticorrupción, pocos se dieron cuenta de este riesgo que se estaba jugando, por suerte, salimos bien de esta primera prueba. Sé que peco de un romanticismo extremo, pero yo soy de los que sí tengo confianza en México, nosotros como individuos y con vías de convertirnos en una sociedad justa y con un actuar ético, como lo es el humano en su escencia. Un ejemplo muy preocupante de toda esta situación es el hecho de que el lunes pasado, en entrevista con Oscar Mario Beteta, el senador Javier Lozano se refirió muy despectivamente al hecho de la remoción del Fiscal Electoral por motivos del no cumplimiento del Código de Conducta, argumentando que más bien se debió haber hecho por el no cumplimiento de la Ley. Para efectos prácticos es exactamente lo mismo, el Código de Conducta es una normatividad de interna de la PGR, está publicado en el Diario Oficial de la Federación el día 11 de marzo del 2016, y es de observancia obligatoria para el funcionario público y con consecuencias graves ante su violación. Lo preocupante es la banalidad con la que el senador se expresó sobre el tema, sobre todo porque los Códigos de Ética y de Conducta son parte medular del Sistema Nacional Anticorrupción, y que un senador de la República se exprese de esta manera, pone de manifiesto el problema cultural de nuestros políticos, de los cuales él se queja amargamente, pero con estos comentarios sigue siendo uno de ellos y pone en riesgo la naturaleza del Sistema Nacional Anticorrupción. Lo triste es que es abogado de profesión y con intensiones de ser Gobernador de Puebla. Le recomiendo a él y a cualquier persona que tenga interés, en esta liga pueden consultar el Código de Conducta de la PGR, es público: https://www.gob.mx/pgr/documentos/nuevo-codigo-de-conducta-de-la-procuraduria-general-de-la-republica

jueves, 26 de octubre de 2017

Por si no sale el TLC

Al día de hoy, nadie sabe si firmaremos la renegociación en TLC con los Estados Unidos y Canadá; no sabemos ni siquiera si vamos a terminar la negociación, ¡vamos! ya podríamos empezar a ver quién se levanta primero de la mesa, pero todo este proceso ¿nos servirá de algo a los mexicanos? Toda negociación siempre deja grandes aprendizajes, más allá de lo que se vive y se descubre en el proceso mismo. De hecho, el haber llegado a una revisión del Tratado después de muchos años de funcionamiento significa un proceso natural de innovación, los tres países necesitaban sentarse a discutir nuevas reglas para enfrentar las nuevas condiciones del mercado, sobre todo después de que se canceló la posibilidad del el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP), que abría una via de modernización de las relaciones comerciales de los tres países y una extensión con todo el mundo, por lo que tarde o temprano habría que regresar a revisar el Tratado que inició su operación en 1994. Claro, no con los objetivos tan sesgados y los modos que estamos enfrentando. Más allá del resultado final, la pregunta que deberíamos hacernos es ¿en México estamos orientando el aprendizaje de este proceso? La negociación ha causado que muchos sectores se sienten a revisar, primero, cuál es la situación actual; los empresarios habían aprovechado el Tratado, pero también con el tiempo se había creado una zona de confort cuando todavía seguimos con problemas de calidad, productividad, salarios y debilidades en el desarrollo de ciencia, tecnología e Innovación en algunos sectores; y en segundo lugar, el definir hacia dónde van algunos sectores específicos de la economía, y esto normalmente no se hace tan seguido en nuestro país. A pesar de que llevaron a cabo reformas que presionaron a ciertos sectores a modernizarse, a los mexicanos nos cuesta trabajo planear y tener visión hacia el futuro, normalmente sólo desarrollamos visiones a futuro cuando el comercio extranjero genera nuevas empresas, por lo demás, sólo nos movemos con la idea de que papá gobierno guíe y suelte dinero, como el caso de las zonas económicas especiales, que tanto han tardado en despegar. México debería, en este momento y aprovechando la coyuntura, lanzar una gran campaña de reflexión e innovación en dónde cada sector económico, grupo social, ONG, e inclusive cada mexicano en lo individual, haga una reflexión de hacia dónde deberíamos ir como país y cómo innovar los diferentes sectores económicos. Ya nos toca a los ciudadanos, empresarios y entrepreneurs, definir una visión económica en cada uno de los sectores en donde nos desarrollamos para empezar a generar un movimiento que, por una parte, guíe al país hacia un nuevo futuro, y, por la otra, apoye a la negociación del TLC desde abajo. No sólo es una negociación del gobierno y de los empresarios, es una negociación de todo el país y si ayudamos a modernizar esta visión, estaremos haciendo un solo frente contra los twitazos de nuestros vecinos, que aprovechan muy bien nuestra costumbre de atacarnos y estar divididos. Ahí les dejo la idea para que el presidente Peña Nieto, el Secretario de Economía, el CCE, Carlos Slim, Luis Videgaray, José Antonio Meade y Miguel Alemán Velazco, todo reunidos en la décimo quinta edición de la Cumbre de Negocios, celebrada en el Centro de Convenciones de San Luis Potosí, decidan si vale la pena invitar al país a crear una nueva visión, en lugar de estarnos cortando las venas por ver quién va a salir como presidente antes de tiempo. Con una visión creada por todos, será más fácil ver quién es el que la pueda liderar.

jueves, 19 de octubre de 2017

¿Saldrán las cuentas para independientes?

Hasta hace algunos días se habían registrado 40 candidatos independientes para la elección de la Presidencia de la República, a partir de ahora deben conseguir más de 866 mil firmas originales que no estén con otro candidato, son más de 34 millones de firmas, a varios no les va a alcanzar. Cada uno de los 40 candidatos independientes que van a competir por la presidencia de la Republica en la elección del 2018, y que se acaban de registrar en el INE, deben de conseguir 866 mil 593 firmas, si las matemáticas no se equivocan, estamos hablando de que en conjunto se deben de conseguir más de 34 millones de firmas, esto sin tomar en cuenta el tiempo en que las tienen que conseguir. Sabemos que en zonas urbanas es posible que exista gente con voluntad de querer cambiar al país, y le den su firma a los independientes, pero no nos engañemos, en la mayoría de los estados, las firmas se consiguen a cambio de algo, los operadores piden dinero para hacer esa chamba, la gente pide dinero por que le saquen copia a su credencial para votar y firmen la solicitud, es una práctica que desafortunadamente no se erradica tan fácilmente y lo que va a pasar es que la sociedad va a entender que es tiempo de cacería de firmas y va a encarecer su firma, amén de que sin decir nada la van a vender en varias ocasiones, además de que en su momento ya lo hayan hecho con algún partido político. La sorpresa va a ser cuando sean registradas, los independientes van a empezar a ver que se las rebotan y muchas candidaturas se van a caer y no lograrán el registro. Esta búsqueda de firmas va a generar un gran trabajo social en los estados, los operadores políticos se van a vender de lo lindo al mejor postor e, irremediablemente, van a correr enormes cantidades de dinero en la sociedad, prostituyendo una vez más a operadores y ciudadanos, y como siempre, algunos candidatos van a ser engañados; puede ganar el que registre primero la firma, si sólo si esa firma no esté ya comprometida con algún partido con anterioridad. En nuestro país, la gente que gusta de la política ya está afiliada con alguna red y conoce de estructuras políticas. Como me decía un operador hace algunos días, cuando les piden la firma la gente pregunta ¿por qué partido? y cuando saben que es para un independiente, terminan negando la firma porque en el fondo saben que un independiente no gana y si gana no les va a llegar nada porque saben que no tiene estructura social que les brinde un beneficio a la larga. Por estas razones no le van a salir los números a algunos de los independientes, Los partidos, actualmente, tienen registrados ya a más de 11 millones de personas, el PRI es que más afiliados tiene, cuenta con más de 5 millones; le sigue el PRD con 2.5 millones y el PVM con más de 700 mil; de ahí en pa’ bajo hasta llegar al PAN con 222 mil. Por otra parte, según los datos del INE, al corte del 16 de junio del 2017, los inscritos en el padrón de 18 años en adelante y hasta los 34 años, suman un poco más de 34 millones, lo que quisiera decir que matemáticamente si hay electores disponibles, el reto va a ser encontrarlos, contactarlos y que otorguen sus firmas. Ya veremos si las redes sociales ayudan.